Distancia

[Carmen López]

Entre tú y yo hay muy poca distancia,
si acaso, a lo sumo, media legua de versos
en un extravío de silencios con las intenciones exactas.
Dos vidas que recorren inauditas alguna clase de misterio;
una vida: la tuya, que hiende mi vida,
otra vida: la mía, que la tuya hiende.
En un derroche exacto de días y noches,
de signos, advertencias, constelaciones ciegas,
calendarios que avanzan con pies fugitivos
seduciendo también todas sus ansias,
trenes nocturnos viajando a esperar las madreselvas,
risas donde se abisman anhelos
de estrellas perdidas que despiertan de su ayuno,
una quietud de miradas acuchillando sombras
en noches desveladas de pureza muy blanca,
donde los sentidos beben aturdidos,
se confunden todos; entre la suavidad del agua
de una lluvia finísima que moja nuestros cuerpos,
donde hasta los mismísimos huesos piden sus temblores.

Entre tú y yo hay muy poca distancia,
un fulgor de palomas por elevarse en vuelo
con su escalofrío de sueños y de alas,
de labios dispuestos a apostar sus besos
en itinerarios sobre una ciudad de piel
para derrochar las amapolas de sus labios,
pavesas que prenden todo a su paso
donde las víctimas del incendio
abrasadas apenas si respiran,
peligros: dispuestos a recorrerse juntos,
fruta profunda y madurada de la medianoche
donada a la súbita sed del pálpito,
lanzados a la noche entera, prestos,
con fiebre en sus pupilas dilatadas
quizás, ¿el estremecimiento?
o desbordar nuestras medidas; todas,
en esa luz sin luces que marca su confín de agua.

Así, yacemos, nos apretamos, nos abrazamos,
mudos, quietos, mansos, quedos.
Así, como dos lunas tendidas y entregadas.
Al cabo, unidas sin intersticios,
que desmienten un poco nuestra poca distancia.

[Hallie Hernández Alfaro]

Ohh, qué bien urdido y hermoso este poema.
He llegado a los últimos versos manifestando un final maravilloso; lo he logrado porque has estado sobresaliente en este mundo tan cercano y sin distancias, tan vuestro como nuestro, tan de muchos.

Aplausos sonoros y mil gracias por este excelente trabajo, querida Carmen.

Abrazos.

[Arturo Rodríguez Milliet]

Que torrente tan maravilloso de imágenes,
todas pletóricas de una sensualidad envolvente
y apacible de extraordinaria madurez emotiva y lírica.
Cada verso da pie al siguiente en una complicidad rítmica
que va generando cada vez más belleza y proximidad.
En verdad, querida Carmen, hoy nos obsequias una
joya de tu bien apreciada y querida poética.
Mi abrazo de siempre.

[Carmen López]

Ohh, qué bien urdido y hermoso este poema.
He llegado a los últimos versos manifestando un final maravilloso; lo he logrado porque has estado sobresaliente en este mundo tan cercano y sin distancias, tan vuestro como nuestro, tan de muchos.

Aplausos sonoros y mil gracias por este excelente trabajo, querida Carmen.

Abrazos.

Muchas gracias Hallie por pasar por esto que yo escribo, siempre me gusta cuando pasas. Tu generosidad sin dudas me juega a favor.

Abrazotes grandes.

Carmen

[Pilar Morte]

Esta distancia que se acorta hasta el abrazo y deja a su paso versos magníficos de un lirismo que atrapa. Felicidades.
Abrazos
Pilar

[Antonio Arjona]

Precioso poema, querida amiga. Fue un placer la lectura del mismo. Por cierto, con un final de oro.
Enhorabuena.

[Carmen López]

Que torrente tan maravilloso de imágenes,
todas pletóricas de una sensualidad envolvente
y apacible de extraordinaria madurez emotiva y lírica.
Cada verso da pie al siguiente en una complicidad rítmica
que va generando cada vez más belleza y proximidad.
En verdad, querida Carmen, hoy nos obsequias una
joya de tu bien apreciada y querida poética.
Mi abrazo de siempre.

Muchas gracias, Arturo.
Se nota que somos amigos, , siempre me dejas un comentario precioso, mucho más precioso que lo que el poema se merece.
Pero, sin dudas me anima para el próximo y sin dudas lo recibo con mucho agrado pq es una muestra de tu cariño.

De vuelta un abrazo inmenso como un abrigo.

Carmen

[Hallie Hernández Alfaro]

Lo he vuelto a leer, Carmen.
Madre mía, qué poemazo.

Reitero aplausos.
Besos y felicidad.

[Rafel Calle]

Muy bello trabajo, amiga Carmen, trufado de momentos altamente emocionantes.
Felicidades.
Abrazos.

[Antonio Justel]

... lo veo toda una intensa imagen versificada palmo a palmo, Carmen, con un cincelamiento de mestro cantero con toda su "sapiencia" sobre el mango de la maza; te doy mi enhorabuena, amiga, es justo dártela; que tengas buenas fechas navideñas con una salida y entrada de año dulce y esmerada para cada una. a. justel/Otión

[Rafel Calle]

Feliz Navidad y mucha salud, amiga Carmen.
Abrazos.

[xaime oroza carballo]

Entre tú y yo hay muy poca distancia,
si acaso, a lo sumo, media legua de versos
en un extravío de silencios con las intenciones exactas.
Dos vidas que recorren inauditas alguna clase de misterio;
una vida: la tuya, que hiende mi vida,
otra vida: la mía, que la tuya hiende.
En un derroche exacto de días y noches,
de signos, advertencias, constelaciones ciegas,
calendarios que avanzan con pies fugitivos
seduciendo también todas sus ansias,
trenes nocturnos viajando a esperar las madreselvas,
risas donde se abisman anhelos
de estrellas perdidas que despiertan de su ayuno,
una quietud de miradas acuchillando sombras
en noches desveladas de pureza muy blanca,
donde los sentidos beben aturdidos,
se confunden todos; entre la suavidad del agua
de una lluvia finísima que moja nuestros cuerpos,
donde hasta los mismísimos huesos piden sus temblores.

Entre tú y yo hay muy poca distancia,
un fulgor de palomas por elevarse en vuelo
con su escalofrío de sueños y de alas,
de labios dispuestos a apostar sus besos
en itinerarios sobre una ciudad de piel
para derrochar las amapolas de sus labios,
pavesas que prenden todo a su paso
donde las víctimas del incendio
abrasadas apenas si respiran,
peligros: dispuestos a recorrerse juntos,
fruta profunda y madurada de la medianoche
donada a la súbita sed del pálpito,
lanzados a la noche entera, prestos,
con fiebre en sus pupilas dilatadas
quizás, ¿el estremecimiento?
o desbordar nuestras medidas; todas,
en esa luz sin luces que marca su confín de agua.

Así, yacemos, nos apretamos, nos abrazamos,
mudos, quietos, mansos, quedos.
Así, como dos lunas tendidas y entregadas.
Al cabo, unidas sin intersticios,
que desmienten un poco nuestra poca distancia.

Muy hermoso, Carmen. Apoteósico y telúrico final. Un placer su lectura.
Un abrazo