Explorador y espeleólogo

[Francisco Lobo]

Explorador y espeleólogo

Fijado en el deseo oscuro de tu mente,
bajar con el tirano enardecido de mis entrepiernas
hasta la convexidad abierta de tus ojos.
Penetrar y volver a salir si ardiera
en ellos la premura del enlace.
Saltar a los graníticos pezones
de tus colosales pechos,
que como cascos frigios acosan a la luna.
Bajar al campamento base de tu ombligo,
cercarlo con la boca,
dormir en él si extasiasen la cabeza
y el cuerpo del tirano los arcos de tus manos.
Regar con la saliva el follaje del pubis.
Saborear la selva negra, atravesarla.
Lamer con el amor ardoroso de mis labios
las crestas explosivas de tu vulva.
Entrar con furia entonces en tu coño
todo mi cuerpo ardiente y palpitante,
a oscuras. Nadar
en el ardor del flujo esplendoroso
y, extasiado de amor, allí, extraviado
y jadeante,
cabalgar como Atila a lomo de
uno de los millones de corceles
que espoleados salgan
del volcán incontenible de mi ingle.



Un abrazo

[Guillermo Cumar.]

Una explosiva y sensual excitación para el sábado noche.
Un solsticio nuevo para que la carne se una al corazón
y el sentimiento al sexo.
Has puesto toda la carne en el asador del verso.

Me quedo a oscuras para contemplar en qué termina esto y cómo.

Un abrazo

Guillermo

[Pilar Morte]

No se puede decir más claro. Contundente poema que casi me ruboriza
Abrazos
Pilar

[Margarita Rosa Oviedo]

Francisco, un excelente poema, me ha gustado mucho la valentía de tus letras. Felicitaciones.

[Rafel Calle]

[quote="Francisco Lobo"]Explorador y espeleólogo

Fijado en el deseo oscuro de tu mente,
bajar con el tirano enardecido de mis entrepiernas
hasta la convexidad abierta de tus ojos.
Penetrar y volver a salir si ardiera
en ellos la premura del enlace.
Saltar a los graníticos pezones
de tus colosales pechos,
que como cascos frigios acosan a la luna.
Bajar al campamento base de tu ombligo,
cercarlo con la boca,
dormir en él si extasiasen la cabeza
y el cuerpo del tirano los arcos de tus manos.
Regar con la saliva el follaje del pubis.
Saborear la selva negra, atravesarla.
Lamer con el amor ardoroso de mis labios
las crestas explosivas de tu vulva.
Entrar con furia entonces en tu coño
todo mi cuerpo ardiente y palpitante,
a oscuras. Nadar
en el ardor del flujo esplendoroso
y, extasiado de amor, allí, extraviado
y jadeante,
cabalgar como Atila a lomo de
uno de los millones de corceles
que espoleados salgan
del volcán incontenible de mi ingle.
.......................................................................................
Me alegro mucho de volver a leerte, querido amigo Paco. Siento tus problemas de visión; es un tributo demasiado caro, estimado colega, demasiado caro.

Hablando de tu poema, te has soltado el pelo con esa esplendorosa rotundidad. Me gusta. Renovarse o morir, aunque tú siempre has tratado de ser rotundo, lo recuerdo de nuestros inicios. Además, siempre te ha gustado encontrar la metáfora procedente, como en esta obra trufada de ellas.

En fin, ha sido un placer leerte. Felicidades por el trabajo.
Por cierto, quizá podríamos hacer en Andalucía una de las presentaciones del libro que muy pronto vamos a empezar a escribir, podría ser cerca de tu casa, así tendríamos la oportunidad de volver a vernos.
Un fuerte abrazo.

[Roberto López]

[quote="Francisco Lobo"]Explorador y espeleólogo

Me gusta la poesía real, salvaje, sin ambages, natural, que describe la vida sin oscurantismos. Este poema me encanta porque dice y no oculta. Enhorbuena, Francisco. Saludos.

[Francisco Lobo]

Gracias, mis queridos amigos, por dejar los comentarios. Iré visitando, en la medida de mis posibilidades, vuestras letras. Un abrazo.

PD. Rafa: será un honor poder ir a verte. Un abrazo.

[Mario Martínez]

Hola Paco, mi querido y admirado maestro.
¿Cómo va todo? ¿Y tus problemas de visión? Te deseo que no estén peor, amigo mío.
Es un lujo verte por estos lares, ya sé de tus dificultades para la lectura, pero podrías prodigarte un poco más, lo bueno se hecha en falta.

En cuanto al poema, siempre he admirado tu estilo directo, tu profundidad sin ambages en todo cuanto escribes. Pero lo cierto es que no sé si te había leído algo tan rotundo como esto, escrito con el ardor y el apasionamiento de un chaval de 30 años. Para que luego digan que en la edad madura la sexualidad decae, jejeje, al menos no lo hace en la mente, que a fin de cuentas es donde esta reside principalmente.

Nada, que me ha gustado, compañero y que es un honor y un placer leerte, siempre.
Por cierto, ¿qué fue de aquella novela que andabas escribiendo?

Abrazos.
Mario.

[Maria Pilar Gonzalo]

Con el calor que hace y me encuentro con esto...

Muy buen poema, ambicioso y sexual hecho con gran maestría.

Estoy encantada de pasar por tus letras y disfrutar de cada estrofa.

Abrazos.

[Rafel Calle]

Recordando la poesía de Francisco Lobo.

[E. R. Aristy]

Explorador y espeleólogo

Fijado en el deseo oscuro de tu mente,
bajar con el tirano enardecido de mis entrepiernas
hasta la convexidad abierta de tus ojos.
Penetrar y volver a salir si ardiera
en ellos la premura del enlace.
Saltar a los graníticos pezones
de tus colosales pechos,
que como cascos frigios acosan a la luna.
Bajar al campamento base de tu ombligo,
cercarlo con la boca,
dormir en él si extasiasen la cabeza
y el cuerpo del tirano los arcos de tus manos.
Regar con la saliva el follaje del pubis.
Saborear la selva negra, atravesarla.
Lamer con el amor ardoroso de mis labios
las crestas explosivas de tu vulva.
Entrar con furia entonces en tu coño
todo mi cuerpo ardiente y palpitante,
a oscuras. Nadar
en el ardor del flujo esplendoroso
y, extasiado de amor, allí, extraviado
y jadeante,
cabalgar como Atila a lomo de
uno de los millones de corceles
que espoleados salgan
del volcán incontenible de mi ingle.



Un abrazo

Pasion a raudales, Francisco. Un poema erótico que hace alarde de la exhuberante y bella naturaleza. Hay en esta imaginería el acierto y gusto de la experiencia sexual humana. Te felicito.