La Momia que Escribe

Poemas en verso y/o en prosa de cualquier estructura y/o combinación.

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Rafael Teicher
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Registrado: Lun, 11 Feb 2008 19:25

La Momia que Escribe

Mensaje sin leer por Rafael Teicher »

La Momia que Escribe



Entre vos y yo hay una mano que escribe, hay un relámpago oscuro, un cuerpo.

Si lo que nos separa es una masa iluminante, la sombra de la bola —el pueblo de la sombra de la bola—, la quietud mundial del pie, entonces, lo que está escrito es transparencia.

Toda escritura está escrita de costado, en el filo, toda escritura hace equilibrio en la cuerda del tiempo como un mono. Toda escritura es rastros del oso sangrante en el exilio blanco.

Lo escrito es un encuentro espacial entre dos hambres, el beso temblante del grano del viento, el recorrido de la idea con las patas, agua que resuena en la cueva, libertad del arpa que no aprendió la nota.

Toda escritura es un alarido dado por las manos.



Yo soy una pantera rabiosa de este lado del jardín de los espejos, vos, en cambio, sos una precipitación por el péndulo del libro, la cabeza finalista que cae en el cofre, lo lento que brama por el cuello, la muerte peinándose.

El papel sucede entre dos ataúdes que se tocan, es un susurro. Vos y yo somos hablados.

El papel es un disparo que arrima, el crimen nocturno del cuento que huele a hueso.

Durante la lectura del corazón de la lechuza yo estaré todo presente como un colmillo, y vos serás sólo un vestido que flota, la ciudad fantasma, el coito frío de los pájaros.

Te lo digo en sencillo:

La lectura es imposible, y escribir es el espanto del trueno, el ronquido de la sirena de cien años.

Para leer has de acercar el cachete contra el tambor, ven,

cáete.

¿Oyes el barullo de los instrumentos que afinan?, ¿oyes el eco de mi cuerpo que recibe la punta del ojo hasta la médula?

Ven, trepemos por la arquitectura de la palabra hasta los techos. Traje latas de cerveza y las ganas de conversar sobre el olor de la melena de las damas.

Juguemos Golf en la terraza de esta página, echemos una pipa hasta que salga el sol por las ventanas de la tierra.

Yo he llegado a creer que no existes, que eres la mujer que falta en mis almohadas.

Yo he llegado a creerte maquillado y titilante como un satélite, fecundo como la hoja podrida de la noche marina, sexual y difuso como la pantalla.

A mi me gusta beber martinis y ercutar contra el vidrio, ¿puedes olerme?

A veces te siento como una tibieza de vientre de puta que inunda mi apartamento de hielos escritos.
Otras veces, tu ojo gigante se adhiere a mi conciencia como el ojo de una rana que se pega en un espejo de cartera.

Te me haces obsceno, mudo, e idiota.

Tú eres de piedra de sal como los viejos héroes, una caja de pino sin manzanas.

Y este berretín eólico infinito que sacude la casa, que me ronda como un psicópata sureño, ¿habré de creer que eres tú? ¿Tú con botas de pescador amarillas y una linterna colgando del brazo?

No. No hay nadie. Tú duermes como el mamut en una gota de mercurio.

No.

Quisiera sacar la garra por la garganta de la carilla y agarrarte el sexo hasta matarlo.

Quisiera chuparte las lilas húmedas con los empeines, verter el líquido de la verdad sobre tu cuerpo dorado, sobre tus uñas sucias de piel de enano y de tréboles negros.

Sólo eres la presencia del viento en la ranura, la interpelación del ladrido o la del hedor de los algodones del hospicio.

Pero yo soy un grito instantáneo que permuta, el llanto del bastón de Kant que toca el río.

Yo, ja ja, yo... Yo soy el intersticio donde crece la realidad como un ramo de violetas, la tumba para el sol
del último día del mundo.

Y soy tan real como un cubo, más real que el anillo que hace ruido en el vaso.

Soy de tungsteno, secreto como la silla.

Sé hacer el amor en cuclillas como un chino, sé curar dolor de labios.

En cambio vos, vos leés para huirte, sos como la aguja que apunta a la luna.

De todas maneras yo me seguiré escribiendo, como haciéndome una momia bajo la arena de tu pelo.


Rafael Teicher
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Luna de Nos
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Registrado: Vie, 18 Ene 2008 2:00

Re: La Momia que Escribe

Mensaje sin leer por Luna de Nos »

Rafael Teicher escribió:La Momia que Escribe



Entre vos y yo hay una mano que escribe, hay un relámpago oscuro, un cuerpo.

Si lo que nos separa es una masa iluminante, la sombra de la bola —el pueblo de la sombra de la bola—, la quietud mundial del pie, entonces, lo que está escrito es transparencia.

Toda escritura está escrita de costado, en el filo, toda escritura hace equilibrio en la cuerda del tiempo como un mono. Toda escritura es rastros del oso sangrante en el exilio blanco.

Lo escrito es un encuentro espacial entre dos hambres, el beso temblante del grano del viento, el recorrido de la idea con las patas, agua que resuena en la cueva, libertad del arpa que no aprendió la nota.

Toda escritura es un alarido dado por las manos.



Yo soy una pantera rabiosa de este lado del jardín de los espejos, vos, en cambio, sos una precipitación por el péndulo del libro, la cabeza finalista que cae en el cofre, lo lento que brama por el cuello, la muerte peinándose.

El papel sucede entre dos ataúdes que se tocan, es un susurro. Vos y yo somos hablados.

El papel es un disparo que arrima, el crimen nocturno del cuento que huele a hueso.

Durante la lectura del corazón de la lechuza yo estaré todo presente como un colmillo, y vos serás sólo un vestido que flota, la ciudad fantasma, el coito frío de los pájaros.

Te lo digo en sencillo:

La lectura es imposible, y escribir es el espanto del trueno, el ronquido de la sirena de cien años.

Para leer has de acercar el cachete contra el tambor, ven,

cáete.

¿Oyes el barullo de los instrumentos que afinan?, ¿oyes el eco de mi cuerpo que recibe la punta del ojo hasta la médula?

Ven, trepemos por la arquitectura de la palabra hasta los techos. Traje latas de cerveza y las ganas de conversar sobre el olor de la melena de las damas.

Juguemos Golf en la terraza de esta página, echemos una pipa hasta que salga el sol por las ventanas de la tierra.

Yo he llegado a creer que no existes, que eres la mujer que falta en mis almohadas.

Yo he llegado a creerte maquillado y titilante como un satélite, fecundo como la hoja podrida de la noche marina, sexual y difuso como la pantalla.

A mi me gusta beber martinis y ercutar contra el vidrio, ¿puedes olerme?

A veces te siento como una tibieza de vientre de puta que inunda mi apartamento de hielos escritos.
Otras veces, tu ojo gigante se adhiere a mi conciencia como el ojo de una rana que se pega en un espejo de cartera.

Te me haces obsceno, mudo, e idiota.

Tú eres de piedra de sal como los viejos héroes, una caja de pino sin manzanas.

Y este berretín eólico infinito que sacude la casa, que me ronda como un psicópata sureño, ¿habré de creer que eres tú? ¿Tú con botas de pescador amarillas y una linterna colgando del brazo?

No. No hay nadie. Tú duermes como el mamut en una gota de mercurio.

No.

Quisiera sacar la garra por la garganta de la carilla y agarrarte el sexo hasta matarlo.

Quisiera chuparte las lilas húmedas con los empeines, verter el líquido de la verdad sobre tu cuerpo dorado, sobre tus uñas sucias de piel de enano y de tréboles negros.

Sólo eres la presencia del viento en la ranura, la interpelación del ladrido o la del hedor de los algodones del hospicio.

Pero yo soy un grito instantáneo que permuta, el llanto del bastón de Kant que toca el río.

Yo, ja ja, yo... Yo soy el intersticio donde crece la realidad como un ramo de violetas, la tumba para el sol
del último día del mundo.

Y soy tan real como un cubo, más real que el anillo que hace ruido en el vaso.

Soy de tungsteno, secreto como la silla.

Sé hacer el amor en cuclillas como un chino, sé curar dolor de labios.

En cambio vos, vos leés para huirte, sos como la aguja que apunta a la luna.

De todas maneras yo me seguiré escribiendo, como haciéndome una momia bajo la arena de tu pelo.


Rafael Teicher

Es extenso, no hay duda, la habrá si es poema o prosa poética, qué más da? es: bueno, entonces me pregunto, cómo en estos alrededor de 7 años que fue subido, sigue en 0.
Hay cosas inexplicables y otras que no ameritan ninguna explicación.
Este alarido es en cierto modo universal aún siendo el texto muy 'yo'.
El cierre es espectacular, un saludo Rafael, Luna.-
De hecho todos, ningùn poema se concluye ni comprende del todo.
José Chapa

http://www.karikanfibolia.blogspot.com
http://www.elsolyanoeselsol.blogspot.com
curra anguiano
Mensajes: 3268
Registrado: Vie, 21 Nov 2014 8:08

Mensaje sin leer por curra anguiano »

Me ha parecido delicioso
Un millón de gracias

Sólo eres la presencia del viento en la ranura, la interpelación del ladrido o la del hedor de los algodones del hospicio.

Pero yo soy un grito instantáneo que permuta, el llanto del bastón de Kant que toca el río.
Curra
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Josefa A. Sánchez
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Registrado: Mar, 27 Nov 2007 21:33
Ubicación: Bizkaia

Mensaje sin leer por Josefa A. Sánchez »

A veces pasa que las cosas se van al fondo sin nadie que las salve. Menos mal que has cogido el cero y has hecho con el un flotador, para que otros podamos ver el poema. Gracias a ambos.
Un abrazo.
Pepa
Prefiero ser verbal
y no adjetiva.
Perfecta ¿para qué?
si no es amandote.
E. R. Aristy
Mensajes: 16337
Registrado: Dom, 11 May 2008 20:04
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Re: La Momia que Escribe

Mensaje sin leer por E. R. Aristy »

Rafael Teicher escribió:La Momia que Escribe



Entre vos y yo hay una mano que escribe, hay un relámpago oscuro, un cuerpo.

Si lo que nos separa es una masa iluminante, la sombra de la bola —el pueblo de la sombra de la bola—, la quietud mundial del pie, entonces, lo que está escrito es transparencia.

Toda escritura está escrita de costado, en el filo, toda escritura hace equilibrio en la cuerda del tiempo como un mono. Toda escritura es rastros del oso sangrante en el exilio blanco.

Lo escrito es un encuentro espacial entre dos hambres, el beso temblante del grano del viento, el recorrido de la idea con las patas, agua que resuena en la cueva, libertad del arpa que no aprendió la nota.

Toda escritura es un alarido dado por las manos.



Yo soy una pantera rabiosa de este lado del jardín de los espejos, vos, en cambio, sos una precipitación por el péndulo del libro, la cabeza finalista que cae en el cofre, lo lento que brama por el cuello, la muerte peinándose.

El papel sucede entre dos ataúdes que se tocan, es un susurro. Vos y yo somos hablados.

El papel es un disparo que arrima, el crimen nocturno del cuento que huele a hueso.

Durante la lectura del corazón de la lechuza yo estaré todo presente como un colmillo, y vos serás sólo un vestido que flota, la ciudad fantasma, el coito frío de los pájaros.

Te lo digo en sencillo:

La lectura es imposible, y escribir es el espanto del trueno, el ronquido de la sirena de cien años.

Para leer has de acercar el cachete contra el tambor, ven,

cáete.

¿Oyes el barullo de los instrumentos que afinan?, ¿oyes el eco de mi cuerpo que recibe la punta del ojo hasta la médula?

Ven, trepemos por la arquitectura de la palabra hasta los techos. Traje latas de cerveza y las ganas de conversar sobre el olor de la melena de las damas.

Juguemos Golf en la terraza de esta página, echemos una pipa hasta que salga el sol por las ventanas de la tierra.

Yo he llegado a creer que no existes, que eres la mujer que falta en mis almohadas.

Yo he llegado a creerte maquillado y titilante como un satélite, fecundo como la hoja podrida de la noche marina, sexual y difuso como la pantalla.

A mi me gusta beber martinis y ercutar contra el vidrio, ¿puedes olerme?

A veces te siento como una tibieza de vientre de puta que inunda mi apartamento de hielos escritos.
Otras veces, tu ojo gigante se adhiere a mi conciencia como el ojo de una rana que se pega en un espejo de cartera.

Te me haces obsceno, mudo, e idiota.

Tú eres de piedra de sal como los viejos héroes, una caja de pino sin manzanas.

Y este berretín eólico infinito que sacude la casa, que me ronda como un psicópata sureño, ¿habré de creer que eres tú? ¿Tú con botas de pescador amarillas y una linterna colgando del brazo?

No. No hay nadie. Tú duermes como el mamut en una gota de mercurio.

No.

Quisiera sacar la garra por la garganta de la carilla y agarrarte el sexo hasta matarlo.

Quisiera chuparte las lilas húmedas con los empeines, verter el líquido de la verdad sobre tu cuerpo dorado, sobre tus uñas sucias de piel de enano y de tréboles negros.

Sólo eres la presencia del viento en la ranura, la interpelación del ladrido o la del hedor de los algodones del hospicio.

Pero yo soy un grito instantáneo que permuta, el llanto del bastón de Kant que toca el río.

Yo, ja ja, yo... Yo soy el intersticio donde crece la realidad como un ramo de violetas, la tumba para el sol
del último día del mundo.

Y soy tan real como un cubo, más real que el anillo que hace ruido en el vaso.

Soy de tungsteno, secreto como la silla.

Sé hacer el amor en cuclillas como un chino, sé curar dolor de labios.

En cambio vos, vos leés para huirte, sos como la aguja que apunta a la luna.

De todas maneras yo me seguiré escribiendo, como haciéndome una momia bajo la arena de tu pelo.


Rafael Teicher



Me alegra que tesoros escondidos, como este original poema, vuelva para ser un gran hallazgo. Mis felicitaciones a Rafael Teicher, dondequiera que estés, eres brillante! ERA
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E.R.A.
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Raul Muñoz
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Mensaje sin leer por Raul Muñoz »

Me sorprendió este poema que brilla por si solo. Un placer leerte, Rafael.

Un abrazo.
Tu profecía, poeta.
-Mañana hablarán los mudos:
el corazón y la piedra.

-¿Mas el arte?..
-Es puro juego,
que es igual a pura vida,
que es igual a puro fuego.
Veréis el ascua encendida.

Antonio Machado ( Proverbios y cantares ).

https://transitando-la-palabra.webnode.es/
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Rafel Calle
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Re: La Momia que Escribe

Mensaje sin leer por Rafel Calle »

Grandes obras de Rafael Teicher, en Alaire.
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