De tocarla mis manos temerosas,
mariposa de seda engalanada,
desprendía destellos su mirada
y emulaba la reina de las rosas.
Exhibía sus curvas misteriosas
y sus labios abiertos cual granada,
ofrecían la risa nacarada
y el destello de perlas prodigiosas.
Margarita de campos y trigales
que el destino me hiciera conocer;
mil tesoros no pagan cuanto vales
ni tu lucha y valía de mujer.
Si a tu lado las rosas son banales,
contemplarte es motivo de placer.
A tu lado no existen estaciones
que no sean floridas primaveras.
Ni los años apagan tus lumbreras,
ni tu cuerpo es ajeno a las pasiones.
Inquilina de parques y jarrones,
me seducen tus formas y maneras.
Si en tu ausencia me duelen las esperas,
para amarte me sobran las razones.
Si tuviera mi amor dos o tres vidas,
si pudiera tenerlas, mi tesoro.
Forjaría mil noches prohibidas
demostrando lo mucho que te adoro.
Llamaradas de amor están prendidas
y aguardando los besos que atesoro.
mariposa de seda engalanada,
desprendía destellos su mirada
y emulaba la reina de las rosas.
Exhibía sus curvas misteriosas
y sus labios abiertos cual granada,
ofrecían la risa nacarada
y el destello de perlas prodigiosas.
Margarita de campos y trigales
que el destino me hiciera conocer;
mil tesoros no pagan cuanto vales
ni tu lucha y valía de mujer.
Si a tu lado las rosas son banales,
contemplarte es motivo de placer.
A tu lado no existen estaciones
que no sean floridas primaveras.
Ni los años apagan tus lumbreras,
ni tu cuerpo es ajeno a las pasiones.
Inquilina de parques y jarrones,
me seducen tus formas y maneras.
Si en tu ausencia me duelen las esperas,
para amarte me sobran las razones.
Si tuviera mi amor dos o tres vidas,
si pudiera tenerlas, mi tesoro.
Forjaría mil noches prohibidas
demostrando lo mucho que te adoro.
Llamaradas de amor están prendidas
y aguardando los besos que atesoro.
