La loza cristalina rota
--El niño quería nacer--
He decidido desaparecer, invisibleante la vida de la luz.
--Como si me hubiera suicidado
antes de nacer, con ojos verdes,
con el fuego azul sin memoria,
con el mañana, donde la velocidad
de las nubes inexistentes bailaran
con los pliegues húmedos del sueño—
Y ser nada como loza cristalina rota,
barrida con la muda carne del tráfico y el consumo,
con burbujas de azulejos en calles de agua
vacías sin eternidad posible.
--las ventanas al sol sin espejo,
ni abrojos, voces, carcajadas que marchiten
las flores en los jarrones de muertos—
Y por ser poco en la maleza,
soy una desdoblada sábana fuera del armario,
debajo del humeante ceniza pesada
por el calor del cuerpo sediento sin fruto,
y una lagartija torciéndose en su silencio.
--La existencia sin gracia para imponerse,
sentada en su prisión de oficio,
aprendiendo a escuchar el hueco del viento
cruel que hiere.—
Y ser mucho dentro del cajón del no recuerdo,
de aquella acidez que mató la historia,
de los guerreros con ritmos distintos
rompiendo los vestigios de las palabras,
que en secreto cubrían el dolor
de los puertos del pecho.
--La culpa deja pasar el rumor
de los pájaros en los árboles
y en dos hojas de tristeza--
