E. R. Aristy escribió: En éste instante sin musa, el poeta entiende que es él quien posee el don de La Poesía. Un poema bello, impecable!
Qué interesante es el concepto que has sacado a relucir. Me encanta.
Un abrazo grande.
Óscar
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
E. R. Aristy escribió: En éste instante sin musa, el poeta entiende que es él quien posee el don de La Poesía. Un poema bello, impecable!
Te pregunto entonces una duda: ¿cuáles son el sujeto y el atributo del verbo "sea"?Óscar Distéfano escribió:No puedo eliminar los dos puntos, por la razón de que el último verso es consecuencia del verso que le antecede; es como decir:
Sea (aguardo) la orilla de mi frío,
que es la frontera del dolor, de lo sombrío.
El carácter vulgar, que no gramaticalmente incorrecto, del uso impersonal de la segunda persona es un hecho en España, aunque tú no lo entiendas y no lo aceptes. No era una opinión o valoración personal mía. Es un hecho propio de la lengua oral en sus registros más informales, como por ejemplo, el habla de los niños: como no saben emplear el dificilísimo pronombre "se" en las oraciones impersonales, lo sustituyen por construcciones en segunda persona. Así, dirán "cuando te pones malo te quedas en casa" en lugar de decir "cuando uno está enfermo, se queda en casa" o similares. En Internet se encuentran fácilmente varios artículos univesitarios donde se estudia este fenómeno del habla: no tendrás dificultad para consultarlos.Óscar Distéfano escribió:Luego, la expresión "te perturba" se dirige, tanto al lector como al poeta, considerando que es la voz poética quien lo expresa. Justamente, la intención fue despersonalizar al destinatario. Y no entiendo, así como me niego a aceptar, por qué sería una construcción chabacana. Considero que, gramaticalmente, es correcta: no existe una razón para denostarla. Y si se encuentra fuera del uso habitual de los españoles; pues, para eso estamos intercambiando: para dar y recibir los nuevos aires idiomáticos. Por otro lado, a modo de charla de café, quiero comentarte que la palabra en sí me encanta, porque conlleva la letra "u", la vocal cuyo sonido me resulta el más poético (esto lo heredé de Neruda, quien escogió su apellido exclusivamente por el timbre que producía la letra "u"; y de este verso de Góngora, que me resulta endiabladamente sonoro: "infame turba de nocturnas aves").
Un abrazo, amigo.
Óscar
Pablo Rodríguez Cantos escribió:Te pregunto entonces una duda: ¿cuáles son el sujeto y el atributo del verbo "sea"?Óscar Distéfano escribió:No puedo eliminar los dos puntos, por la razón de que el último verso es consecuencia del verso que le antecede; es como decir:
Sea (aguardo) la orilla de mi frío,
que es la frontera del dolor, de lo sombrío.
¿Y por qué me haces esa pregunta? Si tu consideras que existe algún problema de gramaticalidad; entonces, deberías plantearlo y, en ese caso, sí, yo te aclararía las dudas con mucho gusto.
El carácter vulgar, que no gramaticalmente incorrecto, del uso impersonal de la segunda persona es un hecho en España, aunque tú no lo entiendas y no lo aceptes. No era una opinión o valoración personal mía. Es un hecho propio de la lengua oral en sus registros más informales, como por ejemplo, el habla de los niños: como no saben emplear el dificilísimo pronombre "se" en las oraciones impersonales, lo sustituyen por construcciones en segunda persona. Así, dirán "cuando te pones malo te quedas en casa" en lugar de decir "cuando uno está enfermo, se queda en casa" o similares. En Internet se encuentran fácilmente varios artículos univesitarios donde se estudia este fenómeno del habla: no tendrás dificultad para consultarlos.
Creo que estás confundido en estas apreciaciones, estimado. Estás insinuando que esa expresión tiene casi las características del habla indígena que, por falta de dominio del idioma, no puede manejar los tiempos. Lo que tú no entiendes es que, nosotros los sudamericanos, recibimos dos tipos de educación: la de España y la autóctona, la nuestra, la que tiene raíces de los pueblos originarios, con mucha carga onomatopéyica, y nos rebelamos contra toda dictadura "doctoral" en el habla y la escritura. Sostengo que esa expresión de mi soneto no es nada vulgar sino es un americanismo. Además, en Luis Cernuda (quien vivió mucho tiempo en México) se encuentran fácilmente miles de ejemplos de esta manera de escribir: no tendrás dificultad para consultarlos. Por otra parte pienso que no deberías encorsetar tus criterios bajo reglas académicas muy rígidas. Recuerda que los poetas estamos para dominar con respeto una regla, una norma, un precepto, y luego asesinarla, enterrarla y olvidarla. ¿Y sabes por qué esto es así? Porque todas las reglas tienen su talón de aquiles y su límite de vida útil.
Saludos.
Te lo preguntaba porque no lo sabía. Pero no te preocupes, que ya me he aclarado yo solo, no hace falta que me contestes.Óscar Distéfano escribió:¿Y por qué me haces esa pregunta? Si tu consideras que existe algún problema de gramaticalidad; entonces, deberías plantearlo y, en ese caso, sí, yo te aclararía las dudas con mucho gusto.
Óscar, estás yendo más allá de mis palabras. Si te pregunté acerca de los usos lingüísticos de tu país, es, de nuevo, porque no los conozco. Puedes contestarme o no, pero por favor no escribas acerca de mi intención al preguntarte: no tienes manera de saberlo a menos que yo te lo diga; lo demás son interpretaciones tuyas que no me puedes imputar.Óscar Distéfano escribió:Creo que estás confundido en estas apreciaciones, estimado. Estás insinuando que esa expresión tiene casi las características del habla indígena que, por falta de dominio del idioma, no puede manejar los tiempos. Lo que tú no entiendes es que, nosotros los sudamericanos, recibimos dos tipos de educación: la de España y la autóctona, la nuestra, la que tiene raíces de los pueblos originarios, con mucha carga onomatopéyica, y nos rebelamos contra toda dictadura "doctoral" en el habla y la escritura. Sostengo que esa expresión de mi soneto no es nada vulgar sino es un americanismo. Además, en Luis Cernuda (quien vivió mucho tiempo en México) se encuentran fácilmente miles de ejemplos de esta manera de escribir: no tendrás dificultad para consultarlos.
No estoy de acuerdo: se trata de una afirmación tuya que puede describir perfectamente tu propia poética, pero no puedes extenderla a los demás. Yo, si soy poeta, no estoy para eso que tú dices. Respeto y agradezco la descripci´on que haces de tu poética, pero no puedo admitirla como principio general. Por otra parte, aquí estamos hablando de una regla ortográfica sobre los signos de puntuación, no de una cuestión artística o poética. Si optas por no obedecer la regla, me parece muy bien, pero acepta las consecuencias que se derivan de ello, como, por ejemplo, que alguien como yo te consulte acerca de tal uso no normativo.Óscar Diestéfano escribió:Por otra parte pienso que no deberías encorsetar tus criterios bajo reglas académicas muy rígidas. Recuerda que los poetas estamos para dominar con respeto una regla, una norma, un precepto, y luego asesinarla, enterrarla y olvidarla. ¿Y sabes por qué esto es así? Porque todas las reglas tienen su talón de aquiles y su límite de vida útil.
Hola Oscar, tu soneto es claro, motivoador pero sin embargo triste.Óscar Distéfano escribió:
La musa absuelta
Se marchó —¡quién sabría a qué regiones,
y cómo revertir su alejamiento!—,
para entonar tal vez en otro viento
la lírica belleza de sus dones.
Te perturba el silencio de sus sones,
de los murmullos en el hondo aliento
derramando en la lengua del tormento
hechizos de las pulcras expresiones.
Versos plenos de noble poesía
cuyo regreso exige absolución:
en la recuperada sumisión,
indulto a su frialdad y rebeldía.
Sea (aguardo) la orilla de mi frío:
frontera del dolor, de lo sombrío.