Feliz

[Andreas S.]

FELIZ

Jueves de madrugada escribiendo un poema titulado «Feliz»

Así, lo que se dice estar feliz,
en ese estado nítido de gracia
tan evidente que no necesita
demostración alguna
hace tiempo que no…, que no me hallo,
que no siento el sabor de su relámpago
trepando por las ramas
de mi espina dorsal.
No hay experiencia más incontestable
como la de ser feliz.
A veces, solo a veces, un chasquido
—llamémosle alegría— rompe en mí
pero al ser hija del instante muere
y se me queda el gesto de ese niño
que boquea hacia el cielo
con su mano tendida,
inmóvil, en el aire,
mientras su globo serpentea libre
perdiéndose en el óvulo celeste.
Y del roce del hilo de aquel globo
nace el delirio gris de la esperanza
que no es más que llenarse de vacío
mientras pierdes el tiempo
buscando por buscar. Es la alegría
esa corteza amarga
de la felicidad. 

Viernes, camino del trabajo,
pensando en el poema «Feliz»

Corteza amarga, dice…, ¡no me jodas!
En sí no tiene culpa la alegría,
¡de qué va a tener culpa!,
es tan solo un espasmo, eso es cierto,
una pequeña parte de ese todo,
pero es la levadura azul del pan,
es la gloriosa levadura madre
de «la felicidad».

¡Maldita sea!, ¿qué problema tiene
gozar de la alegría?, ¡pues ninguno!
El problema es qué pasa (y cuánto pasa)
entre dos alegrías, el problema
es lo que reverbera en tu desierto
y que hace de tu vida
un triste simulacro.

Viernes por la tarde, tras beberme la felicidad

¡Qué feliz soy, joder!, ¡cuánto color
hay en mi vida! Tengo claro ahora
que voy a ser poeta. Escribiré
por fin esos versos que me rondan
desde hace tanto tiempo y la novela
que le debo a mi madre. Escribiré
perdido en una isla por el Báltico,
viviré de la pesca y de mis fotos,
porque seré fotógrafo y también
un cazador furtivo y sobre todo
al fin seré feliz, feliz, feliz…
¡Hostia!, qué susto, ¿qué hace ese cartel
brillando allá en mi techo? Tiembla leve
un neón de «Serás feliz mañana».
Se apaga y me levanto del sofá,
deambulo hasta el baño y mientras meo
comprendo que no soy más que un pelele
de la puta esperanza
que ofrece la tinaja de mi cuerpo
a modo de ritual
como una ofrenda al Dios
de la felicidad. ¡Pero ni así
consigo nada!, ¡solo soledad!
Y aún y todo persisto como un loco
en este lamentable sacrificio
de palo y zanahoria.

¡Ves!, te lo dije, es que no me haces caso,
¿ahora entiendes lo de la corteza?

¡Cretino!, ¡haz el favor ya de callarte!

Sábado a medio día

Bajo al mercado y voy de puesto en puesto
con ese leve paso de ballet,
igual que un corzo atravesando el prado.
A veces rozo la felicidad
paseando entre puerros y tomates.

¡Y ya después, capullo,
comprarás lotería, como siempre!

¡Pero déjame en paz!
¡Sí!, reconozco que he llegado al punto
de tener broncas muy desagradables
entre mi yo aburguesado
y mi cínico gruñón
acerca del reparto millonario.
¡Y ya sé que el azar
no es ni bueno ni malo!, le da igual
estamparte un ladrillo en la cabeza
que regalarte un coche
jugando a la ruleta de la suerte.
Tentar a la fortuna es peligroso.
Además, el dinero
es una puta mierda.
Sin duda hay que comer
pero sin empacharte.
En cualquier caso nunca
me acuerdo de estas cosas
y vuelvo a la casilla de salida
a comprar esperanzas, otra vez.

Hola, ¿para mañana qué me ofreces?
Premio seguro, el gordo. Deme tres.

¡Ves!, te lo dije. ¡Cállate!

Sábado por la tarde

Juegan mis hijos en el parque al fútbol.
Y pienso en que los niños
ejercen la alegría como dioses.
Porque sienten y sueñan sin complejos
y no se tienen miedo todavía…
No saben de rencores,
la esperanza les sobra
(porque no necesitan esperar)
y juegan con la vida
y la vida con ellos…
¡Papa!, ¡no estés tan serio!
¿Quieres jugar un rato con nosotros?
Sí, enseñadme a jugar…

Domingo

Gana el mundial de baloncesto España.
Los jugadores gritan de alegría
y el vecino de enfrente en el balcón
jalea y amortiza su bandera.
¿Continuarán mañana tan felices?
Y en dos semanas, ¿seguirá la llama?

¡Pues que les quiten lo «bailao», cenizo!
Del musgo de tu vida haz lo que quieras,
pero deja a la gente disfrutarla.

¡Pero si a mí la gente me da igual!
Sabes perfectamente lo que digo.
La alegría nos llega
desde fuera hacia dentro
y sin embargo, la felicidad,
germina desde el ser, desde su centro,
y se proyecta eternamente al mundo.
¿Por qué decimos, si no, «Ser Feliz»?
Hagamos ya las paces, ¿te parece?,
que mañana es un día muy importante.

Está bien, pero alegra esa cara.

Y tú, la cruz de la felicidad.


Lunes, en un escenario llamado Libertad

Siempre he intuido que la Libertad
estaba entrelazada
con la felicidad...
Y hoy, aquí, en este espléndido escenario,
doy fe de que es así. Y os lo agradezco
porque siento que el ser feliz avanza
con su antorcha en la mano, decidido,
en este hermoso viaje
que acaba de empezar.


Kalkbadan
En Madrid, a 16 de septiembre de 2019

[Armilo Brotón]

Andreas, estimado Andreas: ¡Qué enorme poema nos dejas! Desde que te conozco siempre me ha parecido tu poesía una búsqueda de los ratos felices. Yo creo que los has expresado bonito y contundente: la felicidad, o el bienestar, es una suma de ratos amables. No siempre podemos disponer de ellos, no se dejan querer los cabrones con facilidad, básicamente por culpa de nuestras cargas emocionales. Pero la búsqueda de ellos es ineluctable. Por ejemplo, tú me has hecho feliz con esta creación, si a ello sumo otro par de ratos incluida una cerveza fresquita, la contabilidad hoy tiene color azul. Me gusta encontrar versos que hablen también de la cara amable de la vida.
Un abrazo amigo

[Rosario Martín]

El poema es un álbum de fotografías, compañero, maravillosas secuencias
que bien podrías publicar por separado, cada día es un poema;
cachitos de felicidad, arañazos de vida, entre el yo cotidiano y el yo poeta...
Versos para enmarcar y tenerlo a la vista.
A mí me ha encantado, querido Andreas, un abrazo.
¡Ya me huele a otoño...!

[Pilar Morte]

Reconfortan tus versos, y dan ganas de sonreír a la vida. Un verdadero placer el día con tu logrado poema. Felicidades.
Abrazos
Pilar

[Antonia Mauro]

Qué profundo eres Andreítas.

¿Sabes que se me ha venido a la cabeza según leía? Estoy un poco gore

Me imaginaba a alguien encerrado en un ataúd, esos que salen en las pelis y en los cortos macabros,
que los entierran por error, porque están en estado cataléptico.
Y el hombre se plantea y replantea su vida antes de que le echen tierra encima y reza para tener otra oportunidad
y para que se descubra esa lágrima cayendo de sus ojos.

Todo eso se me ha venido a la cabeza, siempre hay una oportunidad para intentar ser feliz a ratos.
Dicen que la felicidad no existe, sino el empeño o deseo o las ganas de ser feliz. o sí que existe y es eso precisamente, un deseo.

Yo no tengo ni idea que no soy filósofa, lo único que sé, es cuando me siento bien y cuando no, es que aunque estemos jodidos y nos vaya de pena,
aún en situaciones graves o absurdas, intentemos reir todos los días, al menos un poquito,
y sobretodo antes de ir a dormir, esto tendría que ser bajo prescripción médica.

Es uno de los caminos. Aunque sea mirarse al espejo y reírse. Los días son inmensamente mejores.


Sé que tu poema es largo y profundo pero yo me voy a quedar con estos versos. Son quizás los más profundos y
la clave del poema, de tus pensamientos.


¿Quieres jugar un rato con nosotros?
Sí, enseñadme a jugar…

De eso se trata, de jugar, de inventarse cuentos y de aprender de nuevo a jugar,
como cuando éramos niños, y con niños o sin ellos, pero como niños, de vez en cuadno..

A veces no les hacemos caso cuando nos hacen esa pregunta, pero has dado la mejor respuesta:

Sí , enseñadme.

La caña Andreas
Un abrazo.
Me encanta que me ayuden a pensar y haber leído esta mañana este poema, me valdrá a lo largo de día, de unos cuantos días.
O meses. Aunqe una ya es mucho de jugar y de inventarse historias, de esas que pueda vivir. Y últimamente como que lo vamos consiguiendo.

Para ser medianamente feliz, tanto como para no serlo, sólo hay querer.
Algunso días cuando llega la noche, dices, sin haber tenido un día en absoluto especial, sólo una charla con un amigo, unas risas en el café de la mañana, una charla con la niña y unas risas por cosas sin imprtancia por la tarde noche, y dices,
qué gusto irse a la cama, hoy dormiré bien, Qué buen día!.

[Alonso Vicent]

Pero qué buenos son esos instantes, y qué bueno el poema. Menudo repaso a estos últimos días, con mundial de baloncesto incluido.
Y la guerra sigue entre nuestras voces internas.
Viernes. Llueve, felicidad de aparcar el trabajo hasta el lunes.
Viernes. Vuelta a casa, sin un boleto de lotería.
Viernes. Habrá que inventar de nuevo otro instante.
Enorme poema, Kalkbadan Andreas.
Un abrazo hasta la capital del reino.

[Andreas S.]

Andreas, estimado Andreas: ¡Qué enorme poema nos dejas! Desde que te conozco siempre me ha parecido tu poesía una búsqueda de los ratos felices. Yo creo que los has expresado bonito y contundente: la felicidad, o el bienestar, es una suma de ratos amables. No siempre podemos disponer de ellos, no se dejan querer los cabrones con facilidad, básicamente por culpa de nuestras cargas emocionales. Pero la búsqueda de ellos es ineluctable. Por ejemplo, tú me has hecho feliz con esta creación, si a ello sumo otro par de ratos incluida una cerveza fresquita, la contabilidad hoy tiene color azul. Me gusta encontrar versos que hablen también de la cara amable de la vida.
Un abrazo amigo

¡Miguel! Qué bonito encontrarte por aquí, compañero... Me emociona saber que mis versos te saben a la búsqueda de la felicidad. Y sí, efectivamente, ese fue un poco el concepto del poema, poner en valor esos vaivenes que alteran la química y la manera con la que te enfrentas al mundo. Y así, cada día se desarrolla con su propio grado de alegría/felicidad. Siempre sentí la felicidad como algo más interno, más sólido y duradero, ¿pero qué haríamos, amigo, sin el gozo que nos depara la efímera alegría?
Gracias por pasar.
¡Un abrazo fuerte, compañero!

[Andreas S.]

¡Querida Rosario! Me encanta eso que dices acerca de que cada fragmento de día es un poema en sí. La idea era precisamente esa, la de intentar acercarme a lo voluble -e incluso loco- que puede ser la percepción de la alegría/felicidad.
Y sí, amiga, ya huele a otoño. ¿Lo celebramos?
Un abrazo y gracias por tu huella.

[Andreas S.]

¡Pilar! Me alegra que vivas así el poema. Resulta bello, por una parte, darme cuenta de que el "mensaje" llegó, y por otra, que cada uno hace su propio poema del poema que acaba de leer. Esta es la maravilla de compartir. ¡Un abrazo y gracias por tu paso!

[Andreas S.]

Qué profundo eres Andreítas.

¿Sabes que se me ha venido a la cabeza según leía? Estoy un poco gore

Me imaginaba a alguien encerrado en un ataúd, esos que salen en las pelis y en los cortos macabros,
que los entierran por error, porque están en estado cataléptico.
Y el hombre se plantea y replantea su vida antes de que le echen tierra encima y reza para tener otra oportunidad
y para que se descubra esa lágrima cayendo de sus ojos.

Todo eso se me ha venido a la cabeza, siempre hay una oportunidad para intentar ser feliz a ratos.
Dicen que la felicidad no existe, sino el empeño o deseo o las ganas de ser feliz. o sí que existe y es eso precisamente, un deseo.

Yo no tengo ni idea que no soy filósofa, lo único que sé, es cuando me siento bien y cuando no, es que aunque estemos jodidos y nos vaya de pena,
aún en situaciones graves o absurdas, intentemos reir todos los días, al menos un poquito,
y sobretodo antes de ir a dormir, esto tendría que ser bajo prescripción médica.

Es uno de los caminos. Aunque sea mirarse al espejo y reírse. Los días son inmensamente mejores.


Sé que tu poema es largo y profundo pero yo me voy a quedar con estos versos. Son quizás los más profundos y
la clave del poema, de tus pensamientos.


¿Quieres jugar un rato con nosotros?
Sí, enseñadme a jugar…

De eso se trata, de jugar, de inventarse cuentos y de aprender de nuevo a jugar,
como cuando éramos niños, y con niños o sin ellos, pero como niños, de vez en cuadno..

A veces no les hacemos caso cuando nos hacen esa pregunta, pero has dado la mejor respuesta:

Sí , enseñadme.

La caña Andreas
Un abrazo.
Me encanta que me ayuden a pensar y haber leído esta mañana este poema, me valdrá a lo largo de día, de unos cuantos días.
O meses. Aunqe una ya es mucho de jugar y de inventarse historias, de esas que pueda vivir. Y últimamente como que lo vamos consiguiendo.

Para ser medianamente feliz, tanto como para no serlo, sólo hay querer.
Algunso días cuando llega la noche, dices, sin haber tenido un día en absoluto especial, sólo una charla con un amigo, unas risas en el café de la mañana, una charla con la niña y unas risas por cosas sin imprtancia por la tarde noche, y dices,
qué gusto irse a la cama, hoy dormiré bien, Qué buen día!.

¡Elenita! ¡Vaya maravilla de comentario! Gracias por este regalazo. Además, no veas cómo quedo de satisfecho, porque sé que tu maquinaria poética se moviliza como la de nadie cuando te conmueven unos versos, y me alegra saber que estos lo consiguieron.
Jaja, qué buenas las imágenes de ese pobre hombre del ataúd. ¡Muy bueno!
Elena, tú claro que eres filósofa. En mi vida he tenido la suerte de encontrarme con gente con una profunda filosofía en su ser. Lo que al resto le cuesta comprender, ellos, lo ven con una envidiable lucidez. Te hablo de filósofos naturales, que no saben ni quien es Schopenhauer ni Nietzsche, ni falta que hace, porque su clarividencia está muy por encima (saben jugar para vivir). Saben bien lo que es la Vida.
Me siento muy próximo a lo que hablas del deseo... Siento que la felicidad es algo abstracto, sí, pero un constructo perdurable, fuerte, que nace del propio Ser. Yo mismo me percibo (de media, jaja) como más feliz que alegre. Así que a veces entra en conflicto esa parte de mí más satisfecha con esculpir la felicidad a base de querer ser y que llega a cocerse en su aburrimiento escorándose a lo cenizo, con ese tipo hedonísta que solo quiere gozar del momento y que no tiene paciencia, y que solo busca por buscar. Y al alegre (y al feliz también) a veces se les olvida, efectivamente, jugar. Más que buscar esperando la felicidad se trata de esperar buscando la felicidad, es decir que la felicidad te llegue jugando. Y todo esto los niños lo hacen de forma natural, no les hace falta este poema. Actúan. Juegan.
Y qué razón tienes en qué a veces es tan simple como querer ser felices. Tenemos mucha más responsabilidad en este tema del que queremos asumir.
Un gusto tu paso. Quedo muy agradecido, que lo sepas. Ains.
¡Besos!

[Andreas S.]

¡Alonso! ¡Siempre son un gusto tus comentarios!
Así es, el barco escora de un lado a otro, y nos movemos de un optimismo desconcertante a un pesimismo exagerado. De un mundo cromático y sensitivo a un mundo metálico e indolente. Como decía Elenita, tenemos responsabilidad en que la luz nos reciba por la mañana. Compa, gracias por pasar.
Un abrazo fuerte.

[Ana García]

La alegría nos llega
desde fuera hacia dentro
y sin embargo, la felicidad,
germina desde el ser, desde su centro,
y se proyecta eternamente al mundo.


Mira tú por donde que yo no me había parado a pensar en estos caminos de dentro hacia fuera. Pensé que ambas, felicidad y alegría, iban de la mano en la misma dirección. Y que casi siempre entraban a quemarropa, con instantes maravillosos, olores, sabores, risas sueltas (o mejor si es una carcajada).
He leído el poema varias veces, con una sonrisa en los labios. Eso es impagable.
Gracias, muchas gracias.
Un abrazo enorme.

[Luis M]

Hace poco leí una entrevista en que Dani Rovira decía (creo recordar) algo así como que él siempre vivía con un sufrimiento interno y constante por tanto dolor e injusticia que existe en el mundo. A mí me pasa como a él. Admiro a la gente optimista y positiva, y personalmente me considero una persona alegre, pero si me preguntas si hoy en día podría ser un tipo absolutamente feliz, te diría que me es absolutamente imposible; ...para poder serlo supongo que a estas alturas debería ser un creyente convencido y/o quizás muy inteligente (o muy tonto).
...Y sí, la alegría puede que sea "la gloriosa levadura madre de «la felicidad»." y que al ser efímera también, y de la misma manera, lo fuera la felicidad (por lo cual un individuo se podría considerar un feliz "eventual") . Pero como bien dices después: "La alegría nos llega/ desde fuera hacia dentro/ y sin embargo, la felicidad,/ germina desde el ser, desde su centro", magníficos versos con los que estoy totalmente de acuerdo, y de ahí la enorme dificultad (o posibilidad real para algunos) de ser realmente felices.
Y respecto a la última estrofa/poema, ahí discrepo un poco, pues al no creer en la libertad (para mí es un concepto abstracto e imposible de conseguir en este mundo), difícilmente podría relacionarla con la felicidad

El poema (que en realidad son varios poemas) es muy bueno. hay versos y partes fabulosas (el primer poema me encantó sobremanera), y la reflexión que aporta es sencillamente monumental. Me parece un obra muy valiosa para guardar y releer cada cierto tiempo, pues es tan hermosa como interesante, y que refleja la madurez artística de un poeta, de un gran poeta.

Mis sinceras felicitaciones y un gran abrazo, querido Andreas.

[Antonia Mauro]

Pues vamos a confesarnos todos.

La verdad que es una gozada que nazcan conversaciones de este tipo después de un poema como el tuyo, donde dices mucho, muchísimo.

Efectivamente alegría y felicidad, para mí, no van unidos.

Me considero una persona muy alegre y divertida, capaz de sacar ese humor negro en circunstancias muy muy especiales, en donde otras personas estarían hechas polvo, por ejemplo (y una a veces también).

Pero no soy feliz, ala ya lo he dicho. Pero eso no impide reír todo lo que pueda, por eso me río con ganas, a carcajadas limpia.

Y no sé qué coño nos falta para serlo, otras personas darían todo para tener lo que tenemos. Toda la vida ansiando tranquilidad en la vida, y ahora que la tenemos. Hablo en plural para disimular un poco como que no hablo de mí.

Pero bueno, supongo que estoy en el camino.

Estoy al lado de mi hija, y mi hijo acaba de darme un beso que ha venido a por un taper el cabrón (pobre que es cero aprovechado. Es independiente de verdad).

Y así.
¿Porqué no somos felices? No lo sé. O sí.

Supongo, como dije por ahí arriba, que es una opción, o una elección, o una actitud. Creo que todo se aprende, y a ser feliz también. Y a no echar nada en falta.

Me dijo Luis ayer, que estoy dando mucho la chapa. No sé en qué se basa, sinceramente. No tiene argumentos.

Voy a poner la firma ya, para el epitafio: antes hablaba más. Sólo así me callaré un día, cuando esté muerta. Espero que no lo veáis y tardéis 50 mínimo en verlo.

Un beso para el hombre del traje gris, que aunque no sea tan alegre y divertido, es un hombre feliz. Qué envidia te tengo.

Algún día te diré: Andreas soy feliz.

Ostia perdón, ya me callo, estoy un poco pedo una Antonia pedo es lo más). Sois afortunados de no poder verlo). Dos martinis hasta arriba tienen la culpa. La copa sin aire.

Paro (de momento).

Guan moment plis, qué genial estas charlas, veis? Momentitos felices.

Si un día de estos me muero, porque se me ha olvidado respirar de tanto hablar, ha sido un placer y el busto es mio.
Estoy espídica.

[Andreas S.]

La alegría nos llega
desde fuera hacia dentro
y sin embargo, la felicidad,
germina desde el ser, desde su centro,
y se proyecta eternamente al mundo.


Mira tú por donde que yo no me había parado a pensar en estos caminos de dentro hacia fuera. Pensé que ambas, felicidad y alegría, iban de la mano en la misma dirección. Y que casi siempre entraban a quemarropa, con instantes maravillosos, olores, sabores, risas sueltas (o mejor si es una carcajada).
He leído el poema varias veces, con una sonrisa en los labios. Eso es impagable.
Gracias, muchas gracias.
Un abrazo enorme.

¡Ana! Qué alegría que remarques estos versos...
Gracias de verdad por tu siempre atenta lectura, compañera. Para mí es impagable saber que el poema brotó en ti.
¡Un abrazo!