Tu tez rosa, de arruga envejecida,
la esencia del jazmín, el elixir superfluo
de los tragos vacíos, mil lenguas devanando tu vello capilar.
En este hoy de muérdagos sin flor,
abdico ante mis fríos, vientos cuasi espectrales
que navegan por las calles.
Los inmuebles sin grata compañía,
soledades con grito y aprendidas,
experiencias de ti ya marchitadas,
y renuevos que suenan en tu cráneo.
El amor es así, mi magdalena,
se revela ante sí,
como dos instantáneas y espontáneas
muestras de un sinvivir.
Navegante, no pierdo ya viajes,
ni me mezclo en las guerras sin bandera.
Porque incluso hoy en día hasta un perro te miente, cuando quiere comida.
La frescura impregnada en cada huella,
el arrullo, el cortejo, o el flirteo,
cosifican la causa convirtiéndola en meta u objetivo.
"El amor es sin duda ese camino
que construye y destruye la conciencia.
La pasión, frenesí, que te di no se explica con palabras,
ni con piezas, canciones o poemas.
No he perdido esperanza alguna en ti.
Sé que ya no te veo ni te siento."