llevabas el alma repleta de alquimias, pócimas secretas,
amor a raudales, el mar en los ojos las manos al viento,
de paz y esperanza la palabra llena.
Pasaron mil años y hoy, como un gamo te encontré en la esquina,
ni rastro, ni esqueje ni llanto quedaba en el rostro,
pero junto a la farola salían a cientos de una mochila todas las gaviotas.
Mi boca, temblona, musitó despacio:
"Mr Livignston... supongo "
( Me enseñó el poder de ESPERANZA, esa otra señora que nos es tan desconocida,que tenemos tan cerca, y es como un fantasma. A mí me enseñó a ponerme torcida la pamela, desde entonces, camino como más erguida desde el 2006 que la llamé Mr. Livingston...supongo que será por eso, hasta hoy uno de diciembre, nítido y frío en Alicante, bocana de gaviotas y ayes)
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