
No se puede evaluar la suerte o el azar de alguien que se cree Dios y se tumba en el colchón de la providencia.
Tampoco es fácil deshacer la idealización de algo que pasa de ti como de la mierda.
He aprendido a endiosar todo, menos lo que de verdad que me interesa.
No es excusa mi trastorno, dije que amaba mis síntomas.
Pedir perdón es inútil.
O así lo veo yo, con la sensación de imposibilidad de sentar la cabeza.
Muchos rehacen su vida.
Yo he seguido mi camino a la perdición, aun sabiendo que iba a perder.
No sé si se acabará algún día.
Tengo la impresión de haber ganado mil batallas.
Las mujeres, la primera.
La poesía, la segunda.
El largo etcétera proviene de darme de hostias contra Dios.
No sé qué pasará a partir de ahora.
"Espero poder aceptar mi puta derrota."
Hay más peces en el mar.
"Me alejo del gentío. Todavía no sé por qué considero que ustedes tienen la culpa de mis desfalcos."
"Sensible -aún empleo las emociones-, empleo las emociones en mi pura autodestrucción."
"No hago caso de nadie, me satura el subconsciente."
Me perdí en la filosofía.
"Charlo y charlo sin tener nada claro."
"Confuso y caótico, el buscador se pierde en sí mismo."
"En este texto no traigo mensaje para nadie.
No mientras no alcance el sentido común."