Querida Concha, siempre me suena a mí tambien todo a esperanza. Difícil escapar de ella, sin duda ese bamboleo que comentas es una sonrisa que queda impresa, un Frankestein que reconoce la vida que le ha sido dada y se agarra a sus pasos torcidos...¿quizás buscando una pista de baile?Concha Vidal escribió:----------------------------Ventura Morón escribió:...
No puedo decir si fue hoy
cuando apagué el infinito con mis manos.
Creo que sí -me digo que lo hice al menos- mas el tiempo
tan redondo, va deprisa como pájaros cegados
entrechocando sus alas en el viento,
y me engaña cuando no lo miro de frente… es tan extraño,
me duele que se vaya y me alegra al mismo tiempo,
se desliza en el horizonte como un enemigo
que me ama
hasta darme la más terrible de las muertes.
Está todo tan vacío sin esa luz, debe ser que ya no queda
nada encendido que ocupe los miedos
y vivir sin ellos es como abrir a la sinrazón el pecho
para que se metan dentro todas las arañas que poblaban las esquinas
donde he dejado arrinconados los recuerdos.
Desde ahí, tejen una maraña de conexiones nuevas
que van tirando -desde dentro- de los ojos, de las manos, de los gestos
del corazón, que late descompasado sus lamentos,
y me llevan andando como una marioneta expatriada
que va sin voluntad propia atravesando las calles a este lado del universo
con movimientos descoordinados que anuncian al mundo
que con pedazos de mi va reconstruyéndose un frankestein que zarandea su cuerpo
tiernamente
soplando de lejos al espacio para iluminar, de nuevo,
un trozo caído de cielo.
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"... está todo tan vacío... ", "y vivir sin ellos es como abrir a la sinrazón el pecho
para que se metan dentro todas las arañas que poblaban las esquinas
donde he dejado arrinconados los recuerdos."....
Por citar algo, porque es que me quedo con todo. Pareciera este poema que quiera hablar de miedos, soledades, abandonos y me suena a esperanza sin embargo, dulce como un fankestein bamboleante.
Un abrazo de estos marinos y mediterráneos.
Un beso grande