
se ha colado otra sombra,
y perpendicular a tu senda tortuosa,
me ha sembrado.
Al principio eran solo semillas en la boca,
luego fueron luciérnagas oscuras,
y después luces broncas en crisálidas.
Poco a poco, me fueron construyendo
hasta alturas ardientes, como hogueras con élitros.
Y fui insecto en el fondo de lo oblicuo,
esa línea, ese punto transparente,
dentro de las distancias
ciegas.
Ahora el lapsus del sol, lagunas donde pierde la memoria y la luna
del tiempo fugitivo, estático y umbrío,
luminoso.
Una estrella sin aire baila entre mis costillas.