y fue despacito atando poemas en las colas largas,
largas de los huecos que fueron
– soñando –
los poemas muertos.
“El Recogedor de Versos “
tenía la suerte de ser compañero de la escoba muda
– barre que te peina -
la rima en la pala
y el trino en el verbo.
Peina que te barre bosque de poemas,
él me regalaba otoños en hojas ,
ocres, amarillos,
tornasoles sepias ,
retratos de húmedos días
y algunos adverbios.
Just, como su nombre,
a las cinco en punto estiró los brazos,
levantó los dedos y a la rueda-rueda
escoba y poeta se desayunaron brotes de cereza.
Casi de merienda.
( Just, amigo mío en la palabra hace casi ya mil años, o más, como sobrenombre te puse El Recogedor de Versos, ya sabes. Desde mi mar, un abrazo grandote)