se perfila, tentador, el desierto azul;
desafío para valientes”.
Carlos de Abuín
Tengo frío
porque veo sus cabezas
conducidas por manos de nieve.
Qué inquieto es su andar,
sienten que les persiguen
sus propios ojos de miedo.
Se adhieren a la proa
de un buque hundido
en medio de la garganta del mar,
bucean agrupados
con putas conciencias cuadradas.
Allí se ven a la deriva
contra un viento sin patria,
contra una delgada línea de vida,
contra una muerte que no sueñan.