Viaje sin reloj hacia la nada

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Carmen:

Un beso muy grande.
Ana

[Ara López]

Un viaje sin reloj hacia la nada
progresa ciegamente en el reflejo
de los charcos amados por la lluvia.

La ausencia se apodera de los árboles
y mi alma contempla en lejanía
el poder silencioso del vacío.

La soledad se muere por los pórticos
y lucha por tejer entre las nubes
el sentimiento puro de la infancia.

Abrazo este momento melancólico
y recojo las flores ya marchitas
de nuestro encuentro lúdico
a través de las huellas del crepúsculo.

El dolor va adueñándose de todo
y diviso ese muro inexpugnable
del que siempre me hablabas...

La niebla se ha tornado casi onírica
y el adiós dominado por los astros
es sólo la ilusión de los cobardes,
pero eso es lo que somos, nada más...

La ciudad,
como escenario íntimo de nuestros besos lúbricos,
se ha quedado muy fría.

Pronto llegará la navidad.
Las luces de los árboles:
adornos sin sentido para muchos.

Mientras la nieve blanca, casi azul,
cubrirá mi mirada
y te convertirás en mi memoria
en la imagen de un mundo traicionado...


Ana Muela Sopeña

¡Qué hermoso poema! y me quedo sintiendo los siguientes versos:

"y mi alma contempla en lejanía
el poder silencioso del vacío."

Un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Xaime:

Son bellas tus palabras.

Un beso enorme
Ana

[E. R. Aristy]

Un viaje sin reloj hacia la nada
progresa ciegamente en el reflejo
de los charcos amados por la lluvia.

La ausencia se apodera de los árboles
y mi alma contempla en lejanía
el poder silencioso del vacío.

La soledad se muere por los pórticos
y lucha por tejer entre las nubes
el sentimiento puro de la infancia.

Abrazo este momento melancólico
y recojo las flores ya marchitas
de nuestro encuentro lúdico
a través de las huellas del crepúsculo.

El dolor va adueñándose de todo
y diviso ese muro inexpugnable
del que siempre me hablabas...

La niebla se ha tornado casi onírica
y el adiós dominado por los astros
es sólo la ilusión de los cobardes,
porque eso es lo que somos, nada más...

La ciudad,
como escenario íntimo de nuestros besos lúbricos,
se ha quedado muy fría.

Pronto llegará la navidad.
Las luces de los árboles:
adornos sin sentido para muchos.

Mientras la nieve blanca, casi azul,
cubrirá mi mirada
y te convertirás en mi memoria
en la imagen de un mundo traicionado...


Ana Muela Sopeña

Esplendoroso poema Ana! Te felicito. ERA

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Ara:

Es una alegría saber que te ha gustado.

Un beso
Ana

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo, amiga Ana.
Abrazos.