es la herida
por donde la luz penetra
Rumi
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En una fiesta que celebraba
la clase noble de un país,
un hombre de aspecto humilde
ocupó el sitial de honor,
al verle, se acercaron a preguntarle:
¿Quien eres tú
que te sientas e la mesa en lugar de privilegio?
¿eres el primer ministro?
No,
soy más,
fué la respuesta
¿Serás entonces un profeta
que goza
del favor de los dioses?
No,
soy mas aún,
volvió a responderles serenamente
¿Mas aún?
¿eres Dios, acaso?
volvieron a preguntarle con sorna
Soy más que eso
¿Más que Dios?
mas que Dios
no hay nada
Yo soy esa Nada
que está
más allá de Dios