Graciass María, es una suerte contar con tu lectura y tu palabra. Gracias por venir.Maria Rodriguez escribió:Belleza en el sentir de tu alma en contacto con la Naturaleza.... me encantó Ventura
Gracias por compartir
Maria
Abrazos!
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Graciass María, es una suerte contar con tu lectura y tu palabra. Gracias por venir.Maria Rodriguez escribió:Belleza en el sentir de tu alma en contacto con la Naturaleza.... me encantó Ventura
Gracias por compartir
Maria
Un honor tu comentario Israel, te lo agradezco mucho y me alegra enormemente que así te lo parezca.Israel Liñán escribió:Ventura, que hermoso poema, que bien describes, jugando con el ritmo, con las imágenes. Una maravilla.
Un abrazo.
Tienes razón Ramón, a veces la naturaleza te atrapa y hay imágenes que tienen esa pureza y que nos acompañan siempre.Ramón Castro Méndez escribió:Muy bello poema, Ventura. Uno no puede sino dejarse cautivar, atrapar por el paisaje y sentirse impregnado de él. Mi felicitación. Un placer pasar por tus letras.
Un fuerte abrazo.
Gracias querido amigo. Hace tiempo que escribí este poema, pero hoy me encontraba con un poema de nuestro compañero de foro Ricardo Serna que nombraba creo esta flor, y me ha apetecido volver a leerlo de nuevo, y traerlo para hacerle un guiño y de paso, darte las gracias.Armilo Brotón escribió:Ventura con los compañeros estoy en que se trata de un hermoso poema que nos llena las venas de frescura y olor tierra, un poema para relajarse y disfrutar.
Un abrazo
Ventura Morón escribió:...
Cae por la pradera un lienzo suave de jilgueros
sobre una paleta viva de verduzcos pigmentos, sedosos, que se difuminan
de dorados a turquesas, dejando al aire esporas de sosiego
que liberan mis pasos hacia el lago cercano.
Serpentea ligera la pendiente tras la altiva muralla,
y me alejo, como lo hacen mis ojos fundiéndose pardos con los caminos,
dejando mi cuerpo balanceándose en la brisa
que me lleva, complaciente
como una mano enamorada, acariciando el rostro amante de la tierra.
Y de pronto, la campiña se desangra
me habla con sus venas abiertas, y su lengua
se enreda en mi bajada, con sus labios
de diminutas hogueras encendidas, despertando al pasto fresco,
mostrando su paladar que saborea el trepar de mi alma.
Y su voz me quema:
“coquelicot” –me digo-, rojas letras, que al viento susurro…
¡y crepitan!, coreografía incandescente,
coquelicot… corazonada
como de olas carmesí
por las que me deslizo
hacia cualquier pedazo de paraíso inesperado
que late en el horizonte de la vida.
.
.
.
Me atrajo el título, me sonaba muy familiar la palabra mágica y yéndome a los recuerdos, llegué a mi madre cuando me retrotraía a mis primeros balbuceos y mi primera palabra fue: CUAQUILICOT. Luego tu poema me hizo viajar en sueños a lo lejano de la infancia. Gracias, amigo.Ventura Morón escribió:...
Cae por la pradera un lienzo suave de jilgueros
sobre una paleta viva de verduzcos pigmentos, sedosos, que se difuminan
de dorados a turquesas, dejando al aire esporas de sosiego
que liberan mis pasos hacia el lago cercano.
Serpentea ligera la pendiente tras la altiva muralla,
y me alejo, como lo hacen mis ojos fundiéndose pardos con los caminos,
dejando mi cuerpo balanceándose en la brisa
que me lleva, complaciente
como una mano enamorada, acariciando el rostro amante de la tierra.
Y de pronto, la campiña se desangra
me habla con sus venas abiertas, y su lengua
se enreda en mi bajada, con sus labios
de diminutas hogueras encendidas, despertando al pasto fresco,
mostrando su paladar que saborea el trepar de mi alma.
Y su voz me quema:
“coquelicot” –me digo-, rojas letras, que al viento susurro…
¡y crepitan!, coreografía incandescente,
coquelicot… corazonada
como de olas carmesí
por las que me deslizo
hacia cualquier pedazo de paraíso inesperado
que late en el horizonte de la vida.
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