Guillermo Cuesta escribió:
Por no saber que soy extraño en mi casaca
he conseguido hacer de mi casaca un sayo.
De irreverente alguien me acusa. Alguien
quiso que su resolución
le diera alternativa a mi discernimiento.
Alguien supuso bien,
que el engranaje acopla con su similitud
lo que le exige plan ninguno
con requisito manifiesto
para recompensarse.
Volver a las andadas
es pecado exento de perdón y de solvencia.
Mirar al infinito
comparte decisión y pauta nueva. Tantas veces
como al talento fiel le sirva
a la consternación para disimular su lejanía
la extrañeza se hiciera novedad
al mismo tiempo que la mar con su frescura diera
en la resignación de estar presente
aquí y ahora
con orden o razón, o bien sin ambas.
Es bueno para la cordura y la razón, dejarse llevar sin orden ni razón, hacer de tu capa un sayo y ser... hasta irreverente, incluso sentirnos extraños, es bueno.
Y es bueno y reflexivo tu poema, como no puede ser de otra forma.
Me alegra verte en forma al empezar nuevo curso

Un fuerte abrazo, amigo.