Esfinge

[Rosa Marzal]

Ven a mí. Soy la Esfinge.
Ven a mí.
Husmea lentamente mi corazón
atávico.
Me reconocerás
por el acero de un suspiro.
Estaré cerca
cuando se hayan podrido las esperas
y los pájaros apaguen su sed
en la cal de los interrogantes.

Ven.
Palpa la hiel que supura
mi lengua
con tu sangre.
Lame mi cerebro
con voluntad de espiga.
Hazme alcanzar el orgasmo de los cíclopes
suicidas.

Nada me importa la dimensión de los peces
que nadan bajo la cortina de tu risa,
ni el color de las ausencias
que coronan a mis dioses
de napalm.
Nada me importan las palomas que anidan
en tus lágrimas.

Solo recuerda,
soy la Esfinge.
Bebo sangre de espuma
y las ninfas arrojan
el azufre de sus huesos
ante mi penitente altar.


Ven,
teje un vestido de veranos
para mí.
Tatúame
en tus alados pies
y eleva al cielo este plúmbeo
dolor
antes de que el invierno arrope
la piedra de mi corazón
con su mano de nieve.

[Marius Gabureanu]

Es un poema poderoso, en todos los sentidos, de los que hacen parar el corazón por momentos, y después los latidos se multiplican, debido a una sorprendente evocación, que de alguna manera está conectada a la infancia, porque yo me siento como un niño al leerte, temeroso y en medio de la noche buscando los abrazos.
Lame mi cerebro con voluntad de espiga-teje un vestido de veranos para mí, hazme alcanzar el orgasmo de los cíclopes suicidas-eleva al cielo este plúmbeo dolor, es lo que decía en algún comentario hecho en el foro, las metáforas deben tener un espacio y volver sobre si mismas, hasta que se vuelvan alcanzables, pero sin entrar en lo trillado, y tú lo haces de una manera maravillosa, cada vez más sublime eres, querida Rosa. Podría consumir todas las palabras y no alcanzaría a agradecerte el placer enorme que me provoca leer tus poemas y desenvolver su significado. Recibe mis abrazos y feliz semana, querida amiga.

[Pilar Morte]

Volver a tus poemas siempre es gratificante, es lo que debe ser, que muevan algo en ti, que surja esa chispa que despierta. Me encantó leerte
Besos
Pilar

[Guillermo Cumar.]

Yo no sabía lo que la Esfinge por antonomasia guardaba en sus adentros. Ahora he descubierto toda la introspección evolutiva
de seguir y adecentar las órdenes poéticas, sensibles al frío y al esfuerzo.

Un abrazo, Esfinge Rosa

[Rosa Marzal]

Es un poema poderoso, en todos los sentidos, de los que hacen parar el corazón por momentos, y después los latidos se multiplican, debido a una sorprendente evocación, que de alguna manera está conectada a la infancia, porque yo me siento como un niño al leerte, temeroso y en medio de la noche buscando los abrazos.
Lame mi cerebro con voluntad de espiga-teje un vestido de veranos para mí, hazme alcanzar el orgasmo de los cíclopes suicidas-eleva al cielo este plúmbeo dolor, es lo que decía en algún comentario hecho en el foro, las metáforas deben tener un espacio y volver sobre si mismas, hasta que se vuelvan alcanzables, pero sin entrar en lo trillado, y tú lo haces de una manera maravillosa, cada vez más sublime eres, querida Rosa. Podría consumir todas las palabras y no alcanzaría a agradecerte el placer enorme que me provoca leer tus poemas y desenvolver su significado. Recibe mis abrazos y feliz semana, querida amiga.

Querido amigo: en mi opinión, la poesía ha de lograr esto: emocionarnos hasta los huesos, dejarnos indefensos ante su verdad. Leí el comentario (un tanto ácido) al que haces referencia; es cierto, las metáforas deben volver sobre sí mismas, aunque cada cual tiene su propia forma de hilar sus sensaciones hasta conformar el poema.
Nunca alcanzaré a agradecerte tanta generosidad. Ya sabes que para mí es un honor y un placer recibir tu sensible huella.

Un fuerte abrazo, Marius. Feliz semana para ti también.

[Rosa Marzal]

Volver a tus poemas siempre es gratificante, es lo que debe ser, que muevan algo en ti, que surja esa chispa que despierta. Me encantó leerte
Besos
Pilar

Así lo creo yo también, Pilar. Muchas gracias por tu bondad y por tu fidelidad a mi poesía.

Besos.

[Hallie Hernández Alfaro]

De una altura insuperable; lo tuyo no es de este mundo, querida poeta.

De pie para la ovación; abrazos.

[Rosa Marzal]

De una altura insuperable; lo tuyo no es de este mundo, querida poeta.

De pie para la ovación; abrazos.

Eres demasiado generosa conmigo y con mis humildes versos, querida Hallie.

Abrazos.

[Cristián Sandre]

Siempre leerte es para mí una delicia Rosa por suerte tu no eres una esfinge

Abrazos
Cristián

[Javier Dicenzo]

Rosa un honor pasar por este insuperable poema, gran lirismo, altamente superador, te espero en mis tinieblas.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Brillante Rosa, ese tono de convocotoria, de atracción poética sublime.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Bicos

[Carmen Pla]

Realmente impresionante, Rosa.
Transmite una carga emocional importante.
Me ha gustado muchísimo.
Abrazos

[Rosa Marzal]

Yo no sabía lo que la Esfinge por antonomasia guardaba en sus adentros. Ahora he descubierto toda la introspección evolutiva
de seguir y adecentar las órdenes poéticas, sensibles al frío y al esfuerzo.

Un abrazo, Esfinge Rosa

Gracias por detenerte en estos versos, amigo Guillermo.

Un abrazo.

[Rosa Marzal]

Siempre leerte es para mí una delicia Rosa por suerte tu no eres una esfinge

Abrazos
Cristián

Agradezco una vez más tu generosa huella, Cristián.


Abrazos, amigo.

[Rosa Marzal]

Rosa un honor pasar por este insuperable poema, gran lirismo, altamente superador, te espero en mis tinieblas.

Gracias por este inmerecido comentario y por tu presencia en mis versos, Javier.

Un abrazo.