............................

[Tigana Nelson]

..................................

[Armilo Brotón]

Hermoso cuento cuento, muy bien escrito donde la fantasía erótica y lo real se dan la mano, se echan un pulso que gana el desasosiego, el pesimismo de que todo siempre va a peor. El juego erótico pone un punto tragicómico a una despedida anunciada, y aunque sube la temperatura en el lector, éste no puede desprenderse del matiz cotidiano que significa una relación frustrada de antemano por prejuicios. No se puede entrar al amor atado por ideas que hemos forjado en otros tiempos, porque entonces se deja de lado la capacidad creativa y de entrega loca, irracional, que es fundamento de esa energía. No se puede entrar al amor para disimular la soledad como a un juego de cartas, en el que al azar determina el final.
Yo veo a los protagonistas del cuento muy poco creativos, reflejo de muchas de las relaciones de pareja que hoy se viven. Ya dan por antemano su fracaso: si piensas que algo va a ir mal con toda probabilidad irá mal o a peor porque buscarás lo necesario para ello, para darte la razón a ti mismo y justificarte en la mediocridad.
Aquí no hay revolución, no hay rebeldía; se acepta sin más lo que se pensó anticipadamente sin dar cabía a la sorpresa, al asombro que supone la capacidad que tiene el hombre de reciclarse.

Es un relato derrotista que me hace reflexionar sobre lo que uno hace con esas personas: amigos, pareja, hijos que nos rodean, que nos quieren. ¿Qué hacemos para que el mañana sea diferente? Para asombrar y desconcertar positivamente, para no caer en el gris pesimismo que nos han hecho tragar desde que nacemos con el pecado original?

Como siempre Ana, nos dejas pensando y disfrutando; es la esencia de la literatura.

Fantástico tema metálico, como el bote de nata.

Un beso.

[Tigana Nelson]

Hermoso cuento cuento, muy bien escrito donde la fantasía erótica y lo real se dan la mano, se echan un pulso que gana el desasosiego, el pesimismo de que todo siempre va a peor. El juego erótico pone un punto tragicómico a una despedida anunciada, y aunque sube la temperatura en el lector, éste no puede desprenderse del matiz cotidiano que significa una relación frustrada de antemano por prejuicios. No se puede entrar al amor atado por ideas que hemos forjado en otros tiempos, porque entonces se deja de lado la capacidad creativa y de entrega loca, irracional, que es fundamento de esa energía. No se puede entrar al amor para disimular la soledad como a un juego de cartas, en el que al azar determina el final.
Yo veo a los protagonistas del cuento muy poco creativos, reflejo de muchas de las relaciones de pareja que hoy se viven. Ya dan por antemano su fracaso: si piensas que algo va a ir mal con toda probabilidad irá mal o a peor porque buscarás lo necesario para ello, para darte la razón a ti mismo y justificarte en la mediocridad.
Aquí no hay revolución, no hay rebeldía; se acepta sin más lo que se pensó anticipadamente sin dar cabía a la sorpresa, al asombro que supone la capacidad que tiene el hombre de reciclarse.

Es un relato derrotista que me hace reflexionar sobre lo que uno hace con esas personas: amigos, pareja, hijos que nos rodean, que nos quieren. ¿Qué hacemos para que el mañana sea diferente? Para asombrar y desconcertar positivamente, para no caer en el gris pesimismo que nos han hecho tragar desde que nacemos con el pecado original?

Como siempre Ana, nos dejas pensando y disfrutando; es la esencia de la literatura.

Fantástico tema metálico, como el bote de nata.

Un beso.

Ya conoces la Ley de Murphy: Si algo puede salir mal, saldrá mal. Y según mi experiencia, te diría: Algo que pueda ir mal, irá mal en el peor momento posible (Finagle).
Y yo voy dejando pistas de que todo estaba muerto cuando ella se queda quieta y se deja hacer sin participar en su desnudo.
Muy buena tu lectura cuando dices que no sube la tensión sensual debido a esa relación frutrada. Precisamente es esa contención la que quise conseguir jugando con los prejuicios cognitivos. Algo que puede ser un caudal de sensaciones, te deja frio colocando una pequeña premisa. ¿A qué es divertido?
No importaba tanto la sorpresa. No quise optar por eso tan manido que dice: todo se puede arreglar con un buen polvo.
Miguel, cuando todo está muerto en una relación ¿para qué seguir con ella? ¿No es mejor dar media vuelta y vivir cada uno su vida? Y da igual que sea una pareja o un familiar.
Me encanta debatir contigo, Miguel.
Un placer tu comentario.

Un besazo.