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[Tigana Nelson]

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[Hallie Hernández Alfaro]

Circunstancias y decisiones que coinciden en tiempo y espacio; los intercambios sentimentales ( y su balística) son a veces, más predecibles de lo que suponemos.

Gracias por compartir. Un saludo, Tigana.

[Armilo Brotón]

Me parece un cuento fascinante en donde se van mezclando personajes, deseos, frustraciones, sueños; en una rueda en la todo llega al mismo punto de partida. Podría estar escribiendo y escribiendo sobre lo que tu narración me sugiere. Son muchas cosas y muchas preguntas las que dejas en el aire.
¿Amaba Ana a Marcos? Muestras aquí la irracionalidad de esa energía que lleva a uno irremediablemente hacia la otra persona, aún sabiendo que es una locura.
¿Amaba Javier un sueño del que nunca podrá salir? Es el paradigma del amor platónico frente al real de Marcos, a su manera, como él es.
Ese contraste es para mí lo mejor del cuento.
¿Y Ana? Finalmente se decanta por lo tangible, lo del sexo hasta parece algo etéreo, no es lo más importante en una relación. Debe haber algo más que amalgame los instantes de cada persona haciéndolos únicos; por eso no se detienen en ningún bar más de lo preciso. Y Marcos sigue descubriendo lugares, aunque sea para hacer lo mismo.

Me encantó y el final es sorprendente porque dejas frente al lector la irracionalidad del amor, dejando esa cuestión, tan latente siempre, en la cabeza del lector.

Una vez le pregunté a una amiga: ¿qué tal tu novio? Y me contestó: rápido y eficaz. Sobraban más preguntas.

Felicitaciones Tigana. Un beso.

[Alfonso Alfaro]

Genial relato, me mantuvo pegado a la lectura y su trayectoria. Relato que se empapa de realidad. Excelencia unida al dominio del lenguaje.
Mis más sinceras felicitaciones, Tigana. Un abrazo.

[Tigana Nelson]

Circunstancias y decisiones que coinciden en tiempo y espacio; los intercambios sentimentales ( y su balística) son a veces, más predecibles de lo que suponemos.

Gracias por compartir. Un saludo, Tigana.

Son predecibles porque no somos muy originales. Las historias personales son repetitivas, da igual hablar con una generación u otra ya que siempre es lo mismo.
Gracias por leerme y comentar.
Salud.

[Tigana Nelson]

Me parece un cuento fascinante en donde se van mezclando personajes, deseos, frustraciones, sueños; en una rueda en la todo llega al mismo punto de partida. Podría estar escribiendo y escribiendo sobre lo que tu narración me sugiere. Son muchas cosas y muchas preguntas las que dejas en el aire.
¿Amaba Ana a Marcos? Muestras aquí la irracionalidad de esa energía que lleva a uno irremediablemente hacia la otra persona, aún sabiendo que es una locura.
¿Amaba Javier un sueño del que nunca podrá salir? Es el paradigma del amor platónico frente al real de Marcos, a su manera, como él es.
Ese contraste es para mí lo mejor del cuento.
¿Y Ana? Finalmente se decanta por lo tangible, lo del sexo hasta parece algo etéreo, no es lo más importante en una relación. Debe haber algo más que amalgame los instantes de cada persona haciéndolos únicos; por eso no se detienen en ningún bar más de lo preciso. Y Marcos sigue descubriendo lugares, aunque sea para hacer lo mismo.

Me encantó y el final es sorprendente porque dejas frente al lector la irracionalidad del amor, dejando esa cuestión, tan latente siempre, en la cabeza del lector.

Una vez le pregunté a una amiga: ¿qué tal tu novio? Y me contestó: rápido y eficaz. Sobraban más preguntas.

Felicitaciones Tigana. Un beso.

Es un cuento circular, todo vuelve al inicio.
En mi cuento, Ana, se apega a la costumbre. A ese refrán: "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". Y es una pena, porque no es capaz de romper con una relación destructiva. Tan solo se atreve a ver una pequeña luz, un simple remedio pero eficaz para ella.
¿Dónde acaba el amor y comienza la costumbre? Otros personajes se apegan a las hipótecas, a los hijos, etc. y tampoco cambian su rutina.
Javier, es posible, que deje de amar un sueño. El tiempo todo lo puede y el corazón tiene una facilidad enorme para curar cicatrices. Pero... ¿Mientras? La Copla, que es muy sabia dice:
Me han dicho que no me quieres,
no me da pena maldita,
que la mancha de la mora
con otra verde se quita
El personaje que mejor sale parado, en este cuento, es el borracho. Hace lo que quiere aunque sea un despojo humano. Es el único que elige su camino. Y no le importa el amor, se ha despojado de ese sentimiento.

Tu amiga, supongo, sabía separar el sexo del amor.
Genial tu comentario.
Un beso.

[Tigana Nelson]

Genial relato, me mantuvo pegado a la lectura y su trayectoria. Relato que se empapa de realidad. Excelencia unida al dominio del lenguaje.
Mis más sinceras felicitaciones, Tigana. Un abrazo.

Qué bueno que el relato atrape de esa forma. Aunque se prevea el final sigas leyendo.
Gracias por tus palabras.
Salud.