La ciudad espera
en la ficción anatómica de las sendas,
al unísono de los músculos,
con asfalto en las treguas;
en los áticos de nocturnidad vehemente,
en los bordes de las copas sucias,
en la esquizoide voltereta de las mariposas.
La ciudad espera
cuerpos profanos, redes ancestrales, tatuajes secretos.
Enamoramientos díscolos,
un instante en Belgrano,
la gramática de tu voz en trance.
La ciudad espera
cosenos de locura, en el próximo amanecer.
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