
No desesperes más, mi amor, mañana
un cielo azul encenderá la hoguera,
donde sus llamas el latir altera
surgiendo presto la pasión humana.
Y al ver el mapa de tu cuerpo grana
voy a gozar, al explorar cualquiera
de tus hermosas sendas sin frontera
y disfrutar de la delicia arcana.
No desesperes ya, que tengo gana
de extender rosas en tu piel de cera
y de saciar mi sed en tu fontana.
¿Qué puedo darte yo que más uniera…?
pues sólo amor te ofreceré, Susana,
sólo el amor que calmará la espera.