la pianista

[Fernando Cruzalta]

por culpa del golpe en la cabeza
que se dio al salir de la ducha y caerse
de espaldas contra los azulejos del piso del baño en
su apartamento de berlín
el cerebro de natasha grosz perdió de manera fulminante la
función del habla

los médicos que la revisaron en la clínica wagner de la haffelstrasse
-a la que fue llevada en una ambulancia mercedes benz último modelo
con sirena multi-sonido y seis lucecitas de colores poco después del accidente-
dictaminaron que la joven pianista había olvidado también
el significado de las palabras e incluso la manera
de articular sonidos con la boca

a partir de ese día, sin embargo -diríase que
a manera de reflejo neural compensatorio-
natasha adquirió espontáneamente la sorprendente habilidad de
expresarse enteramente a través de las notas de piano

por ejemplo, para decir que mirar la lluvia la ponía triste
natasha interpretaba el allegreto sinuoso ritornello del tercer quinteto
para piano y cuatro saxofones en la mayor del mediocre
y pedófilo compositor finlandés de principios del siglo xx
filibertus kravinski, fallecido antes de cumplir los 30 al tirarse
al paso del tren a las afueras de parís en 1908
(su biógrafo apunta la hipótesis de que filibertus acababa de enterarse
de que su jovencísimo amante, francois dupont
-compositor de horrendas melodías también él-
habíale transmitido recientemente un chancro gonorréico)

si de pronto le daban ganas de zamparse una tortilla de huevos con
arándanos y trufas de alsacia bañadas en salsa bearnesa
natasha tocaba para su madre -experta cocinera y cinturón negro en
tae kwon do- la melancólica apertura de
la sonata riachuelo del valle sepulcral opus 17481 de constantino constantinovich
escritor, poeta y músico ucraniano extraviado en
la mítica expedición sin retorno a la antártida del capitán scott
a la que se c.c. se habría unido para escapar del asedio psicopático al que
constantemente se veía sometido por su ex mujer

unos cuantos acordes extraídos del preludio al desperta de un
hipopótamo onanista
la tristemente nada célebre pieza sinfónica compuesta en los albores
del siglo xvii por tristán newton, descendiente en línea directa del
famoso padre de la física clásica isaac newton
le bastaban a natasha para hacerle saber a su amante
que se había puesto cachonda y necesitaba por tanto con urgencia
[verso de contenido obsceno censurado por el propio autor en
aras de salvaguardar la inocencia de posibles lectores adolescentes del poema que
evidentemente nunca habrán leído ni oído hablar de
estas cosas]
y se la metiera doblada:
una vez concluido el revolcón, y dependiendo
de si había conseguido o no un orgasmo
natasha tocaba ya fuese la versión para piano a
una sola mano de la cantata fúnebre número 69 de bach,
(para lamentarse de la jodida vida sexual que compartía
con un cerdo ególatra que sólo se preocupaba por
agenciarse su propio placer a costa de ella y que después
se hacía a un lado en la cama y se dormía)
o bien, en caso de haberse corrido satisfactoriamente
(y para expresar todo lo contrario de lo que consta dentro del paréntesis
incluido aquí arriba)
los últimos compases de la polonesa heróica opus 53 de chopin
según el arreglo de la misma obra que rubinstein interpretara
el 12 de marzo de 1977 en el salón de fiestas "payasito"
de la ciudad de san francisco -invitado al cumpleaños del
hijo del alcalde de la ciudad-
ya un tanto borracho y a instancias de la concurrencia
sentándose al pianito de juguete que algún amigo del festejado
le había llevado a este en calidad de
obsequio

los días que la vida le resultaba una mierda -por desgracia
estos se sucedían cada vez más frecuentemente-
natasha, en lugar de tocar, empujaba el piano
haciéndolo rodar hacia el balcón del apartamento hasta impactarlo
con la furia suficiente contra la endeble baranda que lo circundaba
como para que el peso del piano la doblara y este se precipitara entonces
al vacío y cayera a pique
recorriendo un tramo de seis pisos hasta terminar
haciéndose pedazos sobre las losas de la banqueta de la
calle

después de tres pianos deshechos y un transeúnte descalabrado
la madre de natasha firmó la orden de internamiento de su hija
en un lujoso centro psiquiátrico para pacientes con desajuste crónico del
sistema endocrino-hormonal
(si tienes dinero, a tu locura le llaman alteración nerviosa)
situado en uno de esos encantadores parajes alpinos
compuestos por un lago, el brillante verdor de un valle
la pequeña iglesia blanca con su simpática torrecita a lo lejos, el alegre tintineo
del cencerro colgado
al cuello de una vaca y los picos
eternamente nevados de las montañas al fondo

moraleja: aquí se termina el poema

...)¿o qué coño esperabas?(...

[Óscar Distéfano]

Yo me inclino ante este derrame de ingeniosidad, cultura musical, fino (finísimo) humor, y mucha, mucha poesía. Escribes con mucha precisión estilística. Es un paradigma de la prosa cortada, porque aquí lo que sorprende y emociona es lo que expresa y el juego con el lenguaje. Me encantó esa autocensura (creo saber a lo que te refieres), porque entiendo que es una elegante manera de censurar la censura. Un poema para releer. Sólo pienso (inmodestamente) que el último verso es "censurable" pero, en este caso, su gracia lo absuelve. Mis aplausos.

Un abrazo fraterno.
Óscar

[Pilar Morte]

Este poema nos funde en un relato escrito con precisión, originalidad y cultura. Un placer pasar por tu palabra
Un abrazo
Pilar

[Rafel Calle]

Muy bello trabajo de Fernando.

[Ana Muela Sopeña]

Fernando, esto es un poemazo, inteligente, original y...con su punto de crítica social.

Referencias culturales fabulosas en este derroche de ingenio, belleza y sátira.

Enhorabuena
Aplausos a montones
Un beso
Ana

[Guillermo Cumar.]

Una interesante historia nos acercas en aras de buena prosa entrecortado como simil verso pero tratada con
acierto y con detalle. Alrededor de musicales sentires sufren o gozan las palabras esperando que no llegue el final.

un abrazo

[E. R. Aristy]

por culpa del golpe en la cabeza
que se dio al salir de la ducha y caerse
de espaldas contra los azulejos del piso del baño en
su apartamento de berlín
el cerebro de natasha grosz perdió de manera fulminante la
función del habla

los médicos que la revisaron en la clínica wagner de la haffelstrasse
-a la que fue llevada en una ambulancia mercedes benz último modelo
con sirena multi-sonido y seis lucecitas de colores poco después del accidente-
dictaminaron que la joven pianista había olvidado también
el significado de las palabras e incluso la manera
de articular sonidos con la boca

a partir de ese día, sin embargo -diríase que
a manera de reflejo neural compensatorio-
natasha adquirió espontáneamente la sorprendente habilidad de
expresarse enteramente a través de las notas de piano

por ejemplo, para decir que mirar la lluvia la ponía triste
natasha interpretaba el allegreto sinuoso ritornello del tercer quinteto
para piano y cuatro saxofones en la mayor del mediocre
y pedófilo compositor finlandés de principios del siglo xx
filibertus kravinski, fallecido antes de cumplir los 30 al tirarse
al paso del tren a las afueras de parís en 1908
(su biógrafo apunta la hipótesis de que filibertus acababa de enterarse
de que su jovencísimo amante, francois dupont
-compositor de horrendas melodías también él-
habíale transmitido recientemente un chancro gonorréico)

si de pronto le daban ganas de zamparse una tortilla de huevos con
arándanos y trufas de alsacia bañadas en salsa bearnesa
natasha tocaba para su madre -experta cocinera y cinturón negro en
tae kwon do- la melancólica apertura de
la sonata riachuelo del valle sepulcral opus 17481 de constantino constantinovich
escritor, poeta y músico ucraniano extraviado en
la mítica expedición sin retorno a la antártida del capitán scott
a la que se c.c. se habría unido para escapar del asedio psicopático al que
constantemente se veía sometido por su ex mujer

unos cuantos acordes extraídos del preludio al desperta de un
hipopótamo onanista
la tristemente nada célebre pieza sinfónica compuesta en los albores
del siglo xvii por tristán newton, descendiente en línea directa del
famoso padre de la física clásica isaac newton
le bastaban a natasha para hacerle saber a su amante
que se había puesto cachonda y necesitaba por tanto con urgencia
[verso de contenido obsceno censurado por el propio autor en
aras de salvaguardar la inocencia de posibles lectores adolescentes del poema que
evidentemente nunca habrán leído ni oído hablar de
estas cosas]
y se la metiera doblada:
una vez concluido el revolcón, y dependiendo
de si había conseguido o no un orgasmo
natasha tocaba ya fuese la versión para piano a
una sola mano de la cantata fúnebre número 69 de bach,
(para lamentarse de la jodida vida sexual que compartía
con un cerdo ególatra que sólo se preocupaba por
agenciarse su propio placer a costa de ella y que después
se hacía a un lado en la cama y se dormía)
o bien, en caso de haberse corrido satisfactoriamente
(y para expresar todo lo contrario de lo que consta dentro del paréntesis
incluido aquí arriba)
los últimos compases de la polonesa heróica opus 53 de chopin
según el arreglo de la misma obra que rubinstein interpretara
el 12 de marzo de 1977 en el salón de fiestas "payasito"
de la ciudad de san francisco -invitado al cumpleaños del
hijo del alcalde de la ciudad-
ya un tanto borracho y a instancias de la concurrencia
sentándose al pianito de juguete que algún amigo del festejado
le había llevado a este en calidad de
obsequio

los días que la vida le resultaba una mierda -por desgracia
estos se sucedían cada vez más frecuentemente-
natasha, en lugar de tocar, empujaba el piano
haciéndolo rodar hacia el balcón del apartamento hasta impactarlo
con la furia suficiente contra la endeble baranda que lo circundaba
como para que el peso del piano la doblara y este se precipitara entonces
al vacío y cayera a pique
recorriendo un tramo de seis pisos hasta terminar
haciéndose pedazos sobre las losas de la banqueta de la
calle

después de tres pianos deshechos y un transeúnte descalabrado
la madre de natasha firmó la orden de internamiento de su hija
en un lujoso centro psiquiátrico para pacientes con desajuste crónico del
sistema endocrino-hormonal
(si tienes dinero, a tu locura le llaman alteración nerviosa)
situado en uno de esos encantadores parajes alpinos
compuestos por un lago, el brillante verdor de un valle
la pequeña iglesia blanca con su simpática torrecita a lo lejos, el alegre tintineo
del cencerro colgado
al cuello de una vaca y los picos
eternamente nevados de las montañas al fondo

moraleja: aquí se termina el poema

...)¿o qué coño esperabas?(...

Excelente! Genial! Me he deleitado a todo dar. Quedo con muchos deseos de volver a leerte, Fernando. ERA

[curra anguiano]

Me uno a todos !!!
Es una pasada !!!

Mil besos y mil gracias

Curra

[Hallie Hernández Alfaro]

Un excelentísimo trabajo poético.

Gracias por compartir, Fernando.