
Desgárrame niño, desgárrame el alma…
Sostenme la vida y borda en mi espalda.
No dejes que el mundo, silencie tus ansias,
desgárrame niño, desgárrame el alma.
Vierte sobre mi pecho amapolas y algas…
Ofrendas divinas de olas en calma;
detente un momento entre mis nostalgias,
saborea en tu boca el néctar que emanan.
Fluidos de menta y de concha nácar.
Desgárrame niño, desgárrame el alma,
y anula con tu hombría mis sueños perdidos,
de noches calladas, atiborrados de besos,
de lujuria y de flamas.
Desgasta tus manos, bordando mis credos
y quédate con mi loca pasión desbordada.
Asfixia mi aliento con tu boca amada…
Olvídate del tiempo… olvídate de todo,
y descansa en mi almohada.
No interpretes la misma tonada, inventa mil toques.
¡Tráeme alboradas!
Acurrúcate ahora, y desgárrame niño,
desgárrame el alma.
¡Alimenta mi piel, que espera con ansias!
Y seduce en miradas, mi cuerpo y mis ganas.
Desgárrame niño, no te olvides de hacerlo.
Que hoy, es mañana.