El pastor de las ovejas ciegas...

Cuentos, historias, relatos, novelas, reportajes y artículos de opinión que no tengan que ver con la poesía, todo dentro de una amplia libertad de expresión y, sobre todo, siempre observando un escrupuloso respeto hacia los intervinientes.

Moderador: Hallie Hernández Alfaro

Quinteño de Greda
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El pastor de las ovejas ciegas...

Mensaje sin leer por Quinteño de Greda »

Cuenta la historia de esta fábula, que en un hermoso y verde valle, había un rebaño de ovejas; era su dueño un buen pastor llamado Francisco.

Éstas ovejas eran extraordinarias, pues no eran de raza conocida como la churra o la merina, eran de la raza virtual, las cuales tenían el don de hablar, además no proporcionaban leche, sino amistad.

Era tal la fama de Francisco con su rebaño, que traspasó allende de la frontera.
Francisco, el buen pastor, todos los días llevaba a su rebaño a pastar a un verde prado, donde las ovejas se alimentaban de la rica y fresca hierba que allí crecía. Aparte todas las noches, les daba abrigo en un cobertizo, y además les daba un aporte extra de alimento con un rico pienso de la fábrica “La verdad”.

Francisco conocía a todas sus ovejas por su nombre, y ninguna de ellas estaba marcada, y a pesar de ser un gran rebaño de cabezas, no usaba perro pastor, pues las ovejas obedecían a la amable voz de Francisco.
Cierto día que el buen pastor estaba en sus labores de pastoreo, se presentó ante él, un hombre que portaba un garrote a modo de bastón, y de su hombro colgaba un morral.
El hombre se presentó a Francisco y le dijo que se llamaba José, y que era vecino de una localidad cercana. Francisco le tendió la mano y le dijo en que podía ayudarlo. José, le dijo que quería pastorear con sus ovejas, pues disponía de mucho tiempo. Francisco el buen pastor, accedió a su petición, y le invitó a que pastoreara a las ovejas con él.

Fueron pasando los días y Francisco le iba enseñando todo el buen manejo que había que tener con el rebaño.
José, el ayudante, de vez cuando y para granjearse la amistad de algunas ovejas, y sin que lo viese ni supiera Francisco, le daba de lamer una sal que guardaba en su zurrón y que tanta le gustan al ganado. Dicha sal, tenía dos extrañas propiedades, una creaba adicción, y la otra provocaba ceguera, la cual, según la dosis, y según la fortaleza y el carácter de la oveja, podía ser parcial, e inclusive perpetua.
Cierto día, José cuando Francisco admiraba la floresta que allí crecía en aquel prado, le dio con el garrote a una de las ovejas que le caía mal, y que no accedía a lamer la maligna sal, y ésta pobre quedó algo coja.
Cuando Francisco se dio cuenta de la cojera de aquella pobre oveja, éste le preguntó a la oveja que qué le había pasado. La dolorida oveja le contó al buen pastor Francisco todo lo sucedido. Francisco calló aquello y no le dijo nada al autor, su ayudante José.
Iban pasando los días, y a José se le iba pasando por la cabeza, de tener su propio rebaño de ovejas de la raza virtual.
Cierta mañana, y por arte de pura magia, José se vio con su propio rebaño. Las ovejas que tanta sal recibían de manos de éste, abandonaron al buen pastor Francisco, para irse con José.
Enterado Francisco de aquello, no se molestó en absoluto, y le dijo a José que allí estaba él para prestarle ayuda si la necesitaba.
José lo primero que hizo con aquellas ovejas, fue marcarlas con un número.
Aquel rebaño de José, fue creciendo tanto, que precisó de algunos nobles y fieles perros pastores, sobre todo para cuando alguna de las ovejas se saliese del redil.
A estos perros pastores, José en el pienso, les suministraba también altas dosis de aquella adictiva y cegadora sal.

También seguía dándoles aquella extraña sal a las ovejas, algunas recibían dosis muy altas, y en cambio otras, no tanto.
Como bien le había enseñado el buen pastor Francisco a José, éste las llevaba a pastar todos los días al prado, y aparte, al caer la noche, las refugiaba en otro cobertizo, donde antes de irse a dormir, se postraba tras la puerta, para oír lo que ellas entre si se hablaban.
También algunas noches, salía de ronda, a visitar algunos rebaños de ovejas de las cercanías, que pernotaban en sus cobertizos, y sin que los pastores se enterasen de dichas visitas, José les ofrecía a lamer su sal, y a invitarlas a que se fueran a su rebaño.
Cierta noche, escuchó que una de las ovejas que apenas consumía sal, le estaba diciendo a sus compañeras de rebaño, que aquello no era bueno.
José malhumorado, entró de repente, y tras reprender a aquella oveja, la expulsó del cobertizo y de su rebaño para siempre.
Las demás ovejas que presenciaron el hecho, callaron, unas por temor, y otras por estar demasiadas ciegas, debido a tanta sal.
Así fue transcurriendo el tiempo, y el buen pastor Francisco, aunque su rebaño diezmó, él seguía con sus ovejas, llevándolas a pastar por el día, y por la noche, dándoles el pienso extra de la fábrica “la verdad”.en su cobertizo.

En una noche de tormenta, en el cobertizo del rebaño de José, había un gran murmullo, lo cual le llamó la atención al pastor José, y tras oír de nuevo tras la puerta, escuchó otra vez a otra oveja, con la misma historia que la vez anterior.
José esta vez, entró malhumorado y acompañado de sus fieles perros pastores, los cuales se los azuzó para que mordieran a la oveja alborotadora. Ésta, quedó maltrecha, tras los viles garrotazos de José, y los mordiscos de los perros pastores.
La oveja fue expulsada también del cobertizo y del rebaño. Todas las ovejas que presenciaron otra vez la misma escena, también callaron para evitar ser reprendidas, y otras callaron otra vez por temor.
Ésta oveja, como la anterior, buscaron refugio, en el rebaño del buen pastor Francisco, y en otros buenos rebaños de lo comarca, con buenos pastores igual a Francisco, las cuales fueron acogidas con los brazos abiertos y con gran cariño, -el que no les daba el mal pastor-.
Quiso, quizás el destino, que la misma historia, se repitiera muchas veces, tantas, que, se corrió la voz por toda la región y por todos los rebaños, sobre la maldad del pastor llamado José.
Cierto día, como pasó con la creación del rebaño de José, (también por arte de magia), todas ellas, salieron en estampida, huyendo de aquel malvado pastor, y se disolvió el gran rebaño, -que quizás con buen trato y cariño-, hubiese sido el mayor y mejor rebaño jamás conocido en la historia de las ovejas de la raza virtual.
Tan sólo quedaron allí, varias ovejas (las más ciegas), las cuales no pudieron huir, y sus perros pastores, los cuales, debido a tanta dosis de la maligna sal que recibieron, quedaron ciegos a perpetuidad…

Cuenta la leyenda, que vieron al mal pastor, por caminos pedregosos, como alma errante
emitiendo un ronco y penoso lamento…

Moraleja: Para ser buen pastor, no ciegues a tus ovejas, y ten buen corazón…
Hallie Hernández Alfaro
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Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20

Mensaje sin leer por Hallie Hernández Alfaro »

Bienvenido seas a Prosa Alaire, Quinteño.

Un texto transparente pleno de verdades reconocibles. El bien y el mal, polos que desde el primer latido humano, han formado parte de la realidad vital.

Gracias por tu aporte; salud y felicidad.
"En el haz áureo de tu faro están mis pasos
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."

El faro, Ramón Carballal
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Carmen López
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Mensaje sin leer por Carmen López »

Amigo Quinteño,

Quisiera, con todo mi respeto hacerte mi crítica a este texto con total sinceridad, aunque no sé por qué, sospecho que la aceptarás de buen grado.

Me ha encantado tu fábula moralizante, es un género literario de contenido didáctico que siempre me ha gustado mucho, desde las de Esopo a La Fontaine, pasando por Da Vinci o Samaniego, no tienen desperdicio. Un género universal que no debería perderse nunca y que en la actualidad se encuentra un tanto menospreciado, las encuentro indispensables para evitar esos comportamientos
anómalos de los niños y adolescentes, es casi como un método pedagógico de prevención.

Destacar que con todo merecimiento te ciñes al pie de la letra a los requisitos de tal composición; el uso de animales para hacer crítica de costumbres locales y de la naturaleza del género humano y que siempre contienen una moraleja con un fin didáctico, generalmente poseen pocos personajes y son textos de gran riqueza imaginativa como el que has escrito, y que contienen grandes dosis de la más fina ironía, como es el caso, lo cual hace que su lectura sea muy amena y divertida.

Todo ello me hace suponer que has escrito muchas, maestro.

Creo que tienes un don natural que desconocía, ya que nunca te había leído en prosa, amigo. Te felicito por tan divertida fábula y te aseguro que me he divertido de lo lindo con tus ovejas virtuales.

Creo que el foro de prosa ha conseguido un nuevo activo que viene decididamente a sumar.

Un abrazo grande, amigo mío.

Carmen
La primera tarea del poeta es desanclar en nosotros una materia que quiere soñar.
Gastón Bachelar.
Tigana Nelson
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Mensaje sin leer por Tigana Nelson »

Con todo respeto he de decirte que no me ha gustado nada tu fábula. Parece escrito por un niño, una redacción de colegio.
Una de las características de este género es la brevedad y en el texto hay mucha paja de relleno. Las continuas repeticiones hacen que la lectura se vuelva aburrida y denote cierta precariedad en el vocabulario.
Siento mucho estar en desacuerdo con Carmen López. En mi opinión es un texto que ha sido presentado sin pulir.
Salud.
Quinteño de Greda
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Hallie Hernández Alfaro escribió:Bienvenido seas a Prosa Alaire, Quinteño.

Un texto transparente pleno de verdades reconocibles. El bien y el mal, polos que desde el primer latido humano, han formado parte de la realidad vital.

Gracias por tu aporte; salud y felicidad.
Muchas gracias, Hallie, por tu bienvenida en este apartado de prosa.
Saludos.
Quinteño de Greda
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Registrado: Mar, 08 May 2012 17:55
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Mensaje sin leer por Quinteño de Greda »

Carmen López escribió:Amigo Quinteño,

Quisiera, con todo mi respeto hacerte mi crítica a este texto con total sinceridad, aunque no sé por qué, sospecho que la aceptarás de buen grado.

Me ha encantado tu fábula moralizante, es un género literario de contenido didáctico que siempre me ha gustado mucho, desde las de Esopo a La Fontaine, pasando por Da Vinci o Samaniego, no tienen desperdicio. Un género universal que no debería perderse nunca y que en la actualidad se encuentra un tanto menospreciado, las encuentro indispensables para evitar esos comportamientos
anómalos de los niños y adolescentes, es casi como un método pedagógico de prevención.

Destacar que con todo merecimiento te ciñes al pie de la letra a los requisitos de tal composición; el uso de animales para hacer crítica de costumbres locales y de la naturaleza del género humano y que siempre contienen una moraleja con un fin didáctico, generalmente poseen pocos personajes y son textos de gran riqueza imaginativa como el que has escrito, y que contienen grandes dosis de la más fina ironía, como es el caso, lo cual hace que su lectura sea muy amena y divertida.

Todo ello me hace suponer que has escrito muchas, maestro.

Creo que tienes un don natural que desconocía, ya que nunca te había leído en prosa, amigo. Te felicito por tan divertida fábula y te aseguro que me he divertido de lo lindo con tus ovejas virtuales.

Creo que el foro de prosa ha conseguido un nuevo activo que viene decididamente a sumar.

Un abrazo grande, amigo mío.

Carmen
Muchas gracias, Carmen, por tu más que generoso comentario.
Coincido contigo en lo que más está siendo menospreciado, está siendo olvidado, pues tendemos a escribir otros tipos de texto, digamos más "surrealistas"...

Saludos, amiga.
Quinteño de Greda
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Tigana Nelson escribió:Con todo respeto he de decirte que no me ha gustado nada tu fábula. Parece escrito por un niño, una redacción de colegio.
Una de las características de este género es la brevedad y en el texto hay mucha paja de relleno. Las continuas repeticiones hacen que la lectura se vuelva aburrida y denote cierta precariedad en el vocabulario.
Siento mucho estar en desacuerdo con Carmen López. En mi opinión es un texto que ha sido presentado sin pulir.
Salud.
Hola, Tigana.
No creas por mi respuesta, que estoy enfadado por tu personal y sincera opinión sobre el texto en cuestión.
"Creo" que para nada está escrito de forma pueril, está pensado y escrito para dos "enanos" niño y niña de dos amigos míos.
En cuanto a que lo presento sin pulir, quizás lleve ahí razón, pues fue escrito (como todo lo que escribo) en un plis...
Lamento de veras que no esté todo lo pulcro que se debiera haber escrito.
Te quiero agradecer tanto tu sincera opinión, así como la deferencia que has tenido para leer el texto.
Saludos.
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Maria Pilar Gonzalo
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Mensaje sin leer por Maria Pilar Gonzalo »

Mucho he disfrutado de esta fábula que me ha recordado a aquellas que me contaba mi abuela de niña.

Abrazos.
Homo homini lupus (Tito Macio Plauto)
Quinteño de Greda
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Registrado: Mar, 08 May 2012 17:55
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Mensaje sin leer por Quinteño de Greda »

Maria Pilar Gonzalo escribió:Mucho he disfrutado de esta fábula que me ha recordado a aquellas que me contaba mi abuela de niña.

Abrazos.
Muchas gracias , Pilar, por tu amable huella .
Saludos.
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