
Te estaría escuchando eternamente
con ese dulce son en mis oídos
y que al tiempo recorre mis sentidos
como seda en tus manos envolvente.
Vencido por tu cuerpo complaciente
marcando a fuego lento los latidos
que en cenizas nos dejan consumidos
bajo una lluvia azul iridiscente.
Tendido sobre el cuerno de la luna,
testigo de un amor tan exquisito
abrazando el erial de mi fortuna,
pasearía mi sueño como un rito
suspendido en la nube que me acuna
y eleva la pasión al infinito.
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Exp. SE-755-14