Canción para un vuelo

[M. Sánchez]

Pongamos todo aquí:
esta madera seca de tu rostro
que cruje al contemplarla
y se incendia y crepita
cuando hablamos del fuego.
La espiral oceánica que guardo del crepúsculo,
porque existió un momento
de metales pesados, hundidos bajo el agua, y ese momento oval
descansa como un dato en nuestra historia.
La cicatriz del árbol
que nos vio rebelarnos contra la soledad
y relatar paisajes descritos en silencio.
No se me va a olvidar
el libro donde leo las heridas mortales,
y es que cualquier viaje necesita
de un viento por la espalda
con el que se derrote al peso de la vida.

Disponte aquí, mujer, pongamos todo,
no son solo minutos
los que descienden lentos al ritmo del vacío, también
la pulcritud, la empinada belleza
que escurre hasta el desorden de mis páginas.
Ya ves, alguien nos clava perlas en la carne
cuando nos deseamos.
Y me da qué pensar
tanta quietud remota.

[Pilar Morte]

Nos dejas un poema muy bueno. Me ha gustado mucho.
Besos
Pilar

[curra anguiano]

Disponte aquí, mujer, pongamos todo,
no son solo minutos
los que descienden lentos al ritmo del vacío, también
la pulcritud, la empinada belleza
que escurre hasta el desorden de mis páginas.

es realmente hermoso, que cantidad de cosas esconde un buen desorden !!!!

Gracias

Curra

[Mitsy Grey]

No se me va a olvidar
el libro donde leo las heridas mortales,
y es que cualquier viaje necesita
de un viento por la espalda
con el que se derrote al peso de la vida. '

Es muy cierto, Manuel, siempre es necesario ese 'viento en popa'
para poder trascender, incluso en el amor.

Un gran poema, que te aplaudo con fuerza.
Abrazo amigo. Mitsy

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Hermosos y sugerentes versos, Manuel.
Un placer siempre leerte.
Abrazo fuerte.

[Marisa Peral]

Pongamos todo aquí:
esta madera seca de tu rostro
que cruje al contemplarla
y se incendia y crepita
cuando hablamos del fuego.
La espiral oceánica que guardo del crepúsculo,
porque existió un momento
de metales pesados, hundidos bajo el agua, y ese momento oval
descansa como un dato en nuestra historia.
La cicatriz del árbol
que nos vio rebelarnos contra la soledad
y relatar paisajes descritos en silencio.
No se me va a olvidar
el libro donde leo las heridas mortales,
y es que cualquier viaje necesita
de un viento por la espalda
con el que se derrote al peso de la vida.

Disponte aquí, mujer, pongamos todo,
no son solo minutos
los que descienden lentos al ritmo del vacío, también
la pulcritud, la empinada belleza
que escurre hasta el desorden de mis páginas.
Ya ves, alguien nos clava perlas en la carne
cuando nos deseamos.
Y me da qué pensar
tanta quietud remota.

Belleza por las cuatro esquinas, lo resaltado y lo no resaltado.
Manuel, gracias de nuevo por emocionarme.
Un abrazo.

[Manuel Alonso]

Hola tocayo, un poema lleno de versos precisos y muy bellos, es un placer leerte amigo, no se me va a olvidar el libro donde leo las heridas mortales, sublime, amigo, un abrazo.

[J. Paz]

Este tu hermoso decir, Manuel. Preciosos versos que hablan de cerca y en voz alta al lector.

Un abrazo,

Judit

[M. Sánchez]

Muchas gracias Pilar.

Un fuerte abrazo.

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Curra, muy agradecido.

Un fuerte abrazo.

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Mitsy, muchas gracias, amiga.

Un fuerte abrazo.
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Miguel ángel te agradezco mucho tus palabras.

Un fuerte abrazo.

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Marisa, GRACIAS, amiga.

Un fuerte abrazo.

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Tocayo , muchas gracias por tu presencia.

Un fuerte abrazo.

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Judit, muchas gracias,amiga.

Un fuerte abrazo.

[Ignacio Mincholed]

Manuel, felicidades.
La pulcritud y esa empinada belleza de la que hablas están patentes en esta obra.

Un abrazo.
Ignacio

[M. Sánchez]

Muchas gracias, Ignacio. Me alegro que te haya entretenido este poema.
Un fuerte abrazo.

[E. R. Aristy]

Pongamos todo aquí:
esta madera seca de tu rostro
que cruje al contemplarla
y se incendia y crepita
cuando hablamos del fuego.
La espiral oceánica que guardo del crepúsculo,
porque existió un momento
de metales pesados, hundidos bajo el agua, y ese momento oval
descansa como un dato en nuestra historia.
La cicatriz del árbol
que nos vio rebelarnos contra la soledad
y relatar paisajes descritos en silencio.
No se me va a olvidar
el libro donde leo las heridas mortales,
y es que cualquier viaje necesita
de un viento por la espalda
con el que se derrote al peso de la vida.

Disponte aquí, mujer, pongamos todo,
no son solo minutos
los que descienden lentos al ritmo del vacío, también
la pulcritud, la empinada belleza
que escurre hasta el desorden de mis páginas.
Ya ves, alguien nos clava perlas en la carne
cuando nos deseamos.
Y me da qué pensar
tanta quietud remota.

Wow, Manuel, la vehemencia lírica de este poema me estremece. Te felicito por lograr transmitir sentimientos profundos con imágenes frescas y originales. Abrazos, ERA

[Carmen López]

El poema es exquisito, Manuel, esa pulcritud y belleza que describes en el poema ordena unas imágenes bellísimas, cada vez más depuradas, más nuevas, de una riqueza emocional que llegan hasta el hueso y estpy de acuerdo con ERA hacen estremecer. Tu poesía estimado amigo crece aunque no lo veas o no puedas sentirlo, te aseguro que los que te leemos asiduamente, sí nos damos cuenta de ello, tu poesía siempre está en ascensión, como un vuelo. Un placer enorme recorrer tus versos.

Abrazo muy grande.

Carmen

[M. Sánchez]

E.R.A, yo creo que el día que sienta que mis poemas se repiten, ese día dejaré de escribir. Seguro que llegará, porque cada vez me cuesta más encontrar un discurso diferente.

Muchas gracias por leer este poema.

Un fuerte abrazo.

[M. Sánchez]

Hola Carmen, creo que es necesario que un diga me digas ¡ qué malo es este poema!, porque sino me va a parecer que nada es verdad.

Muchas gracias, amiga. Tu lectura y tus comentarios son una transfusión de vitalidad.

Un fuerte abrazo.