Me siento como el pájaro enjaulado
esclavo de un sistema vergonzoso
en medio de la selva haciendo el oso
preso de un curro mal remunerado.
Hasta mi tiempo tengo hipotecado
por leyes de un dictado riguroso.
Ponerme en pedestal resulta odioso
y vivo como triste convidado.
El lujo me lo gano en sacrificio
robándole las horas a mi sueño,
poniéndome al final del precipicio.
Ni de mi propia sombra soy el dueño,
maldigo los barrotes de mi oficio
y el espacio de un mundo tan pequeño.
Copyright©2014
Exp. SE-755-14