
Como el plácido canto de los evos,
duermevela del curso de la historia
quiero ser la retina en la memoria
de los tiempos pasados y los nuevos.
Susurrar con los árboles longevos
al monótono giro de la noria
esquivando la firme trayectoria
de la muerte segura sin relevos.
Renovando la sangre en primavera
que fulmina la lluvia de los copos
y enloquece a la amante que me espera.
Dulce como la brisa y los hisopos
como el fuego divino de la cera
al arder con los santos heliotropos.
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Exp. SE-755-14