Balada de agua para una hoja
Como carcajada inundada en una tarde mustia
te veo caer de aquí. Soles adscriben su mirada al verte.
Tu futuro deseo de oro será.
Luego te pierdes en un cristal, que corría por allí.
Dócil el viento me canta tu nombre,
mientras comienza a danzar el otoño
preparando cuna de amarillo nido
y entona una “nana” floreada.
Un pincel de luna, pinta Pasos.
Una sonrisa que ya no existe
en una cara con fragancias marchitas.
El llanto mojaba sus pálidas huellas.
Se sabía vencida, al inclemente arrullo
de tu mortecino nombre:
otoño de pies descalzos, manos yertas
y aroma a sándalos y agua.
