Ricardo José Lascano escribió:Entré a la luz con la verdad irremediable.
Todo era cierto. No había más que cerrar los ojos.
Entender cada pieza rodada por el aire
cada origen de nuestros seres antiguos
suplicando el orden, la matriz conjugada,
la herencia de los párpados, el incendio del martirio.
Percibir aquel sonido, beber de lo que calla.
Salir del arrebato, luego el entornado sigilo
en éxtasis hierático dilapidarlo sin clemencia
olfateando el aroma, la flor herida,
lamiendo sus surcos, profundizando la fuente
hasta romper el filtro y nos queme interiormente
consumiéndolo todo y reír, reír del abandono
del testigo irresoluto de esa sangre que besamos,
como si nada existiera amor, amor que fuga
que se esconde en las vorágines insospechadas
que se agazapa dentro como una isla negra,
que se lame de escombros hundidos
y se libera de humildad amanecida
de amor de luz vertida en toda deidad
que se exime la voz o la tumba en la que soñamos,
el camino o el regreso en que perdemos
nuestros seres interiores.
Un poema brillante en el plano emocional y en su simbolismo respire vida y adpatacion a la luz. Un placer enorme volver a leerte Ricardo, Abrazos, ERA