
Me encanta cuando me acaricias
el coño con un solo dedo…Dame uno
de tus dedos
y levantaré el mundo.
Maria Lapachet. (Poemario “Suada”)
He aprendido hablar dos o tres cosas
en el idioma ordinario,
para poder complacer a la mujer humana.
Podrían ser cosas y no objetos,
difíciles de decir como de verdad se habla,
sin descifrar categorías estéticas.
Sin querer parecer que voy de polen divertido
ni de vergel consagrado.
Pero este es el dedo que le gusta a mi mujer.
He aprendido cosas íntimas de la vida.
Un verso que por la boca pasa
y entre la pierna es vida.
Te desvisto de la vergüenza sobre tu espalda:
-entro y salgo.
Sin ninguna falta por regodearme en el pubis.
Por disfrutar tus nalgas.
¿Qué más si por pintar tu escudo,
tu muslo de miel y espuma,
tenga que esconder mi pene, pretender postura,
para exhibir mi pluma?
De verdad te juro, que mi verdad es pura.
9/27/14O. Llombart.