Las partes más vestidas de la casa

[M. Sánchez]

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[Víctor F. Mallada]

Dejas aquí, Manuel, un poema que se puede cantar, por el hermoso ritmo que destila, desde el principio hasta el fin.

¿Las metáforas? Algunas me han hecho sonreír, que nunca es poco en estos tiempos del ébola.

Un abrazo,


Víctor

[Manuel Alonso]

Hola tocayo, hermoso poema, veo sillas que se acomodan solas en un desorden de ausencias primitivas, bellísimo verso amigo, es un placer siempre leerte, un abrazo.

[Mitsy Grey]

Hola manuel, no sabes cómo he sentido tu poema... tal parece
que a determinada edad... se encuentran esas miradas de soledad
que hablan a través de las paredes y nos hacen gritar, sin ser respondidos
cuando damos los buenos días, a las ventanas... ¡Hermoso y CRUEL! como
vida misma... tal cual... Es de admirar, esa facilidad que tienes para
transportar la mente en imágenes y luego, ayudarnos a regresar.

besos, poeta amigo... contigo, siempre.

Mitsy

[Luis M]

Unos versos plenos de nostalgia que hasta muerden de reales.

Muy hermoso poema, Manuel. Un abrazo.

[Alberto Chicharro Vilches]

No es un lugar seguro
el del sofá con vistas a la infancia.

Un martes, como otros,
podemos recibir una llamada
desde un tiempo perdido en las edades,
y no quiere decir que estemos lejos
por mucho que el aspecto de la piel
muestre historias de vida inevitable
o ya no existan piezas de repuesto
para juguetes rotos.

Hoy aprenden los años a peinarse en mi casa.

Y el resplandor del sol
es una forma de mirar por la ventana,
sin que nadie conteste a nuestro lado.

Tibiamente al contacto
con estrellas que temen la memoria,
veo sillas vacías
que se acomodan solas
en un desorden de ausencias primitivas.
Y si suena la música
es porque se derriten los mensajes lejanos
que duermen como hielos en la boca.

Preciosos y deliciosos versos, Manuel, cuya lectura me ha sido muy grata.
Un abrazo y mi aplauso, poeta.