Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Guillermo Cuesta escribió:Cuántas veces obramos sin pensar y pensamos sin obrar, pero tú lo vives,
lo sientes, lopresientes y con versos estupendos nos lo juzgas y lo calificas
con precisión y elegancia.
Un abrazo
Ronald Bonilla escribió:Es un gran poema, Liz, me encantó la lectura y subrayo estas líneas por lo que me dijeron:
Dicen que tenemos que guardar
profundamente
la lira entusiasta pero inservible,
una dosis de locura cada ocho horas,
lienzos del tibio amor
para esa luz refulgente y concisa, puntual,
completa
atemperada.
Abrazos
Pablo Ibáñez escribió:Amiga Liz,
me ha encantado este poema, amiga. Me gusta mucho la ambición de inventar en cada estrofa, de iniciar cada una de ellas como si se iniciara otro poema, inventando, cambiando el tono, sorprendiendo, buscando nuevos alientos cada vez, interrogantes, excalmaciones, aposiciones adversativas, condicionales... siempre en contínuo cambio, atrapando al lector en el juego. Eso me encanta.
El tema del poema no queda del todo definido y eso, en lugar de concitar sospechas, añade un plus de magia, de hipnotismo, que empuja a leerlo varias veces. Diría que hay un regusto histórico-político, un dolor nacional, que inspira el fondo del asunto, pero llevado de una manera absolutamente emocional y muy original. Tal vez hubiera sido bueno dejar absolutamente claro el tema en la última estrofa, para completar la sensación y rematar la jugada. En mi opinión esto no le restaría magia, sino que le añadiría la sorpresa definitiva y contundencia.
Me ha encantado.
Un abrazo.
Just Gafar escribió:Que buen poema Liz, qué buen poema.
Mo había llegado a mis ojos, pero que bueno que las horas de esta tarde, lo trajeron a mi orilla.
Un abrazo.