Cáliz de un trago

[Bruno Laja]

El fragor de la quietud es cierto,
como una copa lunar llevada hasta los labios para verterse entera
sin saber qué sustancia se ha adentrado en uno
que la sostenía con fe delicada más que enferma
y que por no morir compuso su cicuta y dio valor a lo que se desvanecía en los sentidos
sin orden preferente.

Tenía sabor a lo que es recuperado del tamiz, a relamida red, a rezo
descoyuntado por la lengua removiéndose en su propio poso,
como un pez virrey que antes de devolver su vida oscurece el reino para no ser hallado
y le golpea el nombre con la cola y lo espanta.

Teñía los órganos de transparencia,
pero la mano estaba lejos para seguir bebiendo,
entregando ya la copa
con un cuerpo flotante al fondo del vacío
comunicado al fin.

[Hallie Hernández Alfaro]

La transición y su rito entregando todo. Siento de nuevo el salvamento que irriga o intenta o sacude hasta el último éter.

Gracias por compartir tanta fuerza y belleza, Bruno.

Abrazos y felicidad.

[Bruno Laja]

Hallie, gracias siempre a ti, por tu calidez y calidad humanas. Un abrazo fuerte.

[Pilar Morte]

He disfrutado este hermoso poema. Un placer leerte
Abrazos
Pilar

[Carmen López]

Me ha gustado mucho leerte Bruno, tus versos tienen mucha fuerza.
Y me ha encantado encontrar al pez Virrey en el poema, una metáfora sin duda singular, me ha encantado cuando dices que oscurece el reino para no ser descubierto, vive a 400 m donde la luz prácticamente no llega. Realmente una imaginación portentosa y unos recursos maravillosos. Felicidades.

Un abrazo

Carmen

[Rosa Marzal]

Dejan un poso de redención al fondo de sus cenizas estos versos. Fantástico poema. Mis aplausos, Bruno. Un abrazo.

[Bruno Laja]

Pilar, recibeun fuerte abrazo y mi gratitud.

Carmen, te agradezco profundamente tu generosidad. Un abrazo para ti.

Rosa, me alegra mucho que así lo veas, un poso de redención, una vía. Muchas gracias, recibe un fuerte abrazo.

[Rafel Calle]

Hermoso y loable poema de Bruno.