Guillermo Cuesta escribió:De dónde viene el aire quejumbroso,
me pregunto. Respondo aún sereno:
por donde el hambre oprime. Desenfreno
que llega hasta el dolor y sin reposo.
Ya no queda manjar que esté sabroso.
Todo huele a podrido. Lo más bueno
se ha metido en el frasco del veneno
y ha logrado en mi boca hacer un foso.
Venid pronto hasta mí, venid conmigo
para poder salir de esta ranura
que me esconde el edén del pan de trigo.
Venid a mí, que en esta tesitura,
la cúpula del horno sea testigo
de que el color del pan está a la altura.
Tocadme la cintura
y tratad de sacarme del aprieto
rogando que apacigüe este soneto.
... Guillermo Cuesta, poeta y amigo, nadie podrá decir que, una vez, no dejas tu huella indeleble de habilísimo constructor de sonetos. Claro que no sólo eso, no sólo; leyendo tus versos, uno reconoce tu estatura; salud, compañero; Orión
"... nunca se da de lo que se tiene, sino de lo que se es".