Tañían las campanas , la tristeza
de sus agudos sones desbordaba,
monótono tin tan, me recordaba
la muerte del amor, de la pureza.
Tristes los pensamientos, mi cabeza
confusa y amargada se encontraba,
un río de emociones la inundaba
imposible pensar con entereza.
Lágrimas silenciosas se escurrían
por mi rostro fluyendo mansamente
y con ellas las penas de mí huían.
Vencido mi dolor,soy consecuente,
a las espinas crueles que me herían
decido, con valor, hacerles frente.
