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Fue tanta su sed que desanduvo el cielo preñando a las nubes
y nacieron gotas y fueron rocío entre las lavandas.
Fue tanto su amor que sostuvo el hilo de la madre lluvia
y nacieron ríos que llenaron mares que pacieron olas
y yo – pastora de espumas – amaino su sed en sorbos de sal
mientras amo el beso junto a " El Contemplado ".

29-12-07
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