Pilar Morte escribió:Amanece,
la vida abre los ojos y mira a la ventana,
sigue el reloj del alba mostrando indiferentes saetas.
Cada día empieza a vivir con la niñez a cuestas.
A la vida no le importan los años, ni el techo que cobija los fríos,
viene plena danzando a su ritmo y organizada en su caos.
Siempre nos da el bebé último
para que comprendamos que todo empieza cada día
uniendo su latido al nuestro,
que vamos engarzando con amor, indiferencia o arrojo
buscando el centro que nos una.
Trae en su espalda libros en blanco,
sin huella ni futuro,
ella no escribe, nosotros tecleamos el segundo
al mismo tiempo que vamos diciendo adiós
a las páginas que se mueren cada día
de rutina y la luz que proyectamos.
Es la vida y la música de las estrellas
aquello que queremos comprender.
Un gratificante soplo de aire fresco la lectura de tus versos. Cada vez que nace un ser humano, como leí hace tiempo, es un "signo" de que la vida tiene esperanza en el ser humano. Somos la vida conscientes de sí misma. ¿No es éste un regalo?. Escribamos sobre cada nueva hoja en blanco alegría y celebración, en lugar de sufrimiento. Al menos que no nos quedemos con el sinsabor de no haberlo intentado. Un gusto Pilar.
javi