Y TÚ DE REPENTE

[José Manuel Sáiz]

Este poema ha sido modificado

[Marius Gabureanu]

Hermoso, muy hermoso y profundo poema de encuentros nostálgicos, tiene tu sello inconfundible,
tu filosofía de vida, me ha encantado. Felicitaciones sinceras, José.


La ciudad como nunca enloquecida
se detuvo ante mí por un segundo (o tal vez no se detuvo;
porque yo, más allá del espejismo, te vi cruzar la acera
como una reina hermosa y presumida). La gente,
los edificios…todo se vino abajo en un momento
bajo el sutil influjo de tus pasos.

[Antonietta Valentina]

Precioso...Volver a ver a al primer amor y dejar al mundo...un instante que se atrapa, corre y se va.
Mi abrazo grande.

[Angel Sarroca]

Deberían poner en las ciudades
semáforos enormes y visibles
con corazones rojos luminosos
y de corta cadencia intermitente
que adviertan del peligro que conlleva
encontrarse de frente un viejo amor
cruzando en ese instante las aceras.

Pues el poeta urbano siempre tiene
un pie sobre la tierra, el corazón volando cometas
y la mente viajando libre, lejos, en un jardín
del limbo en las afueras (digo estas ocurrencias
como simple advertencia
y en prevención de daños y accidentes).


Un placer de lectura, especialmente para mí estas estrofas finales.

Enhorabuena.

Ángel

[Liz Barrio.]

Hermoso, inevitable es el suspiro largo y hondo al terminar de leer.
Estos versos son realmente bellísimos:



Deberían poner en las ciudades
semáforos enormes y visibles
con corazones rojos luminosos
y de corta cadencia intermitente
que adviertan del peligro que conlleva
encontrarse de frente un viejo amor
cruzando en ese instante las aceras.

Besos y abrazos, amigo mío

[Pilar Morte]

Tienes un estilo ya definido, sencillo, humano, amistoso con el que es fácil identificarse. Un gusto seguir tu palabra
Abrazos
Pilar

[Víctor F. Mallada]

!Qué gozada volver a leer este poema, José Manuel!
Como todos los tuyos rebosa humanidad y lirismo a corazón abierto.

Entre tanto bien hacer, déjame entresacar un par de estrofas que me han llamado la atención por su ritmo preciso y precioso:

La ciudad como nunca enloquecida
se detuvo ante mí por un segundo (o tal vez no se detuvo;
porque yo, más allá de tu espejismo, te vi cruzar la acera
hermosa como un ave en primavera). La gente,
los edificios…todo se vino abajo en un momento
bajo el sutil influjo de tus pasos.

...

Deberían poner en las ciudades
semáforos enormes y visibles
con corazones rojos luminosos
y de corta cadencia intermitente
que adviertan del peligro que conlleva
encontrarse de frente un viejo amor
cruzando en ese instante las aceras.

--oOo--

Un abrazo, amigo.

Víctor

[José Manuel Sáiz]

Hermoso, muy hermoso y profundo poema de encuentros nostálgicos, tiene tu sello inconfundible,
tu filosofía de vida, me ha encantado. Felicitaciones sinceras, José.


La ciudad como nunca enloquecida
se detuvo ante mí por un segundo (o tal vez no se detuvo;
porque yo, más allá del espejismo, te vi cruzar la acera
como una reina hermosa y presumida). La gente,
los edificios…todo se vino abajo en un momento
bajo el sutil influjo de tus pasos.

Muchas gracias Marius por tu amable presencia.
Un abrazo.
J. Manuel

[José Manuel Sáiz]

Precioso...Volver a ver a al primer amor y dejar al mundo...un instante que se atrapa, corre y se va.
Mi abrazo grande.

Gracias Antonietta por tu encantador comentario.
Un abrazo
J. Manuel

[Isabel Moncayo]

Es cierto, José Manuel, una entra a leerte y se queda así suspirando y embobada, y es que escribes tan bien, tan sencillamente humano de lo cotidiano que nos pasa o no nos pasa, qué importa, si el caso es que sacudes y seduces al lector y les abres los ojos, por si acaso cruza ese semáforo estando en las nubes... Me encantó.

Un fuerte abrazo.