dulces, como moras silvestres,
prietos,
racimos de amor infinito,
del labio alba y ocaso.
Sudan, escurren, gotean... allí, mujer...
... allí, mujer de sin adverbios vestida,
... allí, infinita entre infinitas,
... allí, tsunami entre los silencios...
... queda el paréntesis a la espera del regreso.
(Hoy , es la víspera de mi santo en Alicante (y en todas partes, supongo) y me da por regalarme, que no dedicarme, este poema. Seguiremos poemizándonos como si nada supiéramos, haciéndonos los bobos ¿vale?)