LA MUERTE DE DOS POETAS: CHENIER Y LORCA.

Cuentos, historias, relatos, novelas, reportajes y artículos de opinión que no tengan que ver con la poesía, todo dentro de una amplia libertad de expresión y, sobre todo, siempre observando un escrupuloso respeto hacia los intervinientes.

Moderador: Hallie Hernández Alfaro

Juan Vicedo
Mensajes: 637
Registrado: Vie, 16 Oct 2009 13:07

LA MUERTE DE DOS POETAS: CHENIER Y LORCA.

Mensaje sin leer por Juan Vicedo »

Será siempre un misterio el asesinato de André Chenier, que murió guillotinado en los primeros días de la Revolución Francesa. Sus manos se habían dedicado al dulce quehacer de la palabras, sin importarle los llantos de los niños o las tribulaciones de su esposa. Vivía con una renta exigua, atento sólo al pálpito de la belleza.

Acaso un día defendería al rey Edipo, muy cerca de un mercado, donde los vendedores voceaban sus mercaderías y contaban patos y ocas. Quizás fue imprudente al exaltar los encantos de la rey Helena, cuyo cuerpo había desaparecido de los sepulcros hacía ya muchos siglos . Por todo esto, en aquellos días del Directorio, sería juzgado enemigo del pueblo, escritor vendido a la nobleza cortesana y merecedor del máximo castigo, que presenciaba el populacho mientras se emborrachaba con vino malo.

Nuestro poeta, Federico García Lorca, tampoco tuvo jueces que firmaran su sentencia; tampoco él conoció los cargos que se le hacían ni el nombre de sus delatores. No recibió la ayuda de un abogado que hubiese podido velar por sus derechos más elementales: sólo su vieja aya se pudo a cercar a la prisión con algo de comida en las manos y unos cigarrillos para los carceleros. Sólo a ella le dijeron:
-El preso sigue bien y no será trasladado fuera de Granada. Seguirá aquí durante unos días, hasta que el señor juez decida.

Y no fueron días: apenas habían pasado unas horas, se inició la conducción hacia las grandes lagunas de la muerte. Aturdido el poeta, asombrado por la locura de su destino, se miró los ojos en el nombre remoto de su infancia: habían quebrado la grupa de su caballo y el animal gemía muy lejos de los prados. Sin manos protectoras que lo acogiesen, entregaría su cuerpo a las bocas de los fusiles. Y en la última terraza de la noche, cuando aún no había amanecido, un huracán, hambriento de su sangre, lo envolvió sin piedad, borrándole su nombre de su frente.

Han pasado muchos años y todavía su cuerpo, huérfano para siempre de la luz, sueña con los placeres de la carne, en un hemisferio de silencios.
Hallie Hernández Alfaro
Mensajes: 19647
Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20

Mensaje sin leer por Hallie Hernández Alfaro »

Espléndido relato, Juan! Siento no haberlo leido antes, un exquisito bocado para el alma.

Felicitaciones y gracias por compartir tantísimo arte,

Hallie
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"He guardado la Luna en los cajones
por si vuelves de noche que te alumbre;
no te tardes, papá, que sin la lumbre
de tu amor no se encienden los fogones.'"

Esta cárcel sin ti, Ramón Olivares
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Maria Pilar Gonzalo
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Registrado: Vie, 14 Ene 2011 19:57
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Mensaje sin leer por Maria Pilar Gonzalo »

Emocionado relato que me ha encantado leer.

Un abrazo.
Homo homini lupus (Tito Macio Plauto)
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