indivíduo diferente
que no pasa indeferente
del pasado hacia el futuro.
Vivo en el tiempo presente
una existencia vital,
para mí es fenomenal
pues la disfruto a mi aire.
Aunque me vista al desgaire,
soy persona muy normal.
Yo mis décimas acuño
con la voz de la experiencia
y la debida cadencia.
Las pulo luego, las bruño.
Rimas, sílabas empuño
y a volea las reparto,
en diez versos las comparto
y lista está la espinela.
Si sale una bagatela
sin compasión la descarto.
En forma aguda y directa,
en mis versos no se esconden
falsas guías y responden
al tema por corta recta.
Es mi poesía selecta
y variada cual la vida.
Es experiencia vivida,
comparada y ajustada,
quizás algo encorsetada
por métrica bien medida.
Ya ves linda chamaquita,
mis corridos y rancheras
se oyen hasta en las afueras
en variedad infinita.
Le canto a la señorita,
a la dama, al caballero,
al trabajo del obrero,
al amor y el desamor,
al amigo encantador
le dedico un salmo entero.
Que la rima no desvíe,
del contexto, la atención.
Es el centro, la razón,
el director que la guíe
por un rumbo que deslíe
el nudo del desenlace.
Y si al lector le complace
el fruto que aquí le ofrezco
por su loa no padezco
pero agradezco si lo hace.
Hasta su postrer minuto
la luna extiende su magia,
excita la verborragia
que al amor rinde tributo.
El poeta disoluto
canta a la luna y estrellas
va comparando con ellas
a sus bellas auditoras
y fieles adoradoras.
¡Mucho aplauden las doncellas!
Algo bello son tus ojos
que miran amablemente
y tan amigablemente.
¡Tus loas son mis sonrojos!
Son trinos de petirrojos
jilgueros en libertad.
Un canto de humanidad
solidaria, encantadora.
¡Mil gracias os doy señora
con total sinceridad!
