Ágora

[Josefa A. Sánchez]

Cada generación tiene que librar su propia batalla para conseguir sus sueños y/o sus libertades. Y cada uno de estos jóvenes cuenta. Me ha gustado tu propuesta.
Un abrazo.
Pepa

[jose junco]

Gracias amigo Ramón: para mi tengo que a veces los poetas, tandados como somos a la búsqueda del misterio y el asombro, no somos capaces de verbalizarlos poéticamente cuando se producen delante de nuestras narices. Salud.

[jose junco]

Gracias Gerardo por tu cariñoso comentario. Desde el ágora. Salud.

[jose junco]

Gracias Rafel. Siempre me ha parecido el ágora un punto desde el que observar cómo trancurre la vida, la individual y la colectiva. La propia que es un poco la de todos y la de todos que es un poco la propia. Salud.

[jose junco]

Gracias Pepa por tu visita al ágora. Un beso.

[Ruben Fernández]

Un gusto leer este poema, lo encuentro muy dicente y bien escrito.
Un saludo.

[Hernán Correa]

Me gustó la idea de trasladar al ágora la problemática de los jóvenes, un hermoso paralelismo. Saludos cordiales.

[jose junco]

Gracias amigo Rubén por tu comentario. Salud. Desde el ágora.

[jose junco]

Gracias Hernán por tu visita al ágora. Salud.

[Abel Mata]

José, un gusto pasarme por tu poema. Mi felicitación con un saludo.

[jose junco]

Gracias Abel por tu comentario. Salud.

[Sara Melisa Suarez]

José, me encantó tu poema, para leerlo muchas veces. Aplausos.

[jose junco]

Gracias Sara por tu cariñoso comentario. Un beso.

[Hallie Hernández Alfaro]

ÁGORA

Dedicado a todos los jóvenes que, pacíficamente, combaten
por un futuro digno y solidario.


Un cuerpo juvenil sin otro arma que manos en el aire y una nube que cruza desde el mechón de pelos hasta el talón de Aquiles, pasando por los puntos esenciales, columna y corazón, y la mirada, se bate y contorsiona en el asfalto de una plaza cualquiera de este mundo.

En su defensa vienen los pájaros más huérfanos, las flores maltratadas, los puentes que se forman de sueños y utopías, parias que en una noche interminable sintieron el temblor, la acometida de autómatas remotos, gritos que se quedaron congelados en los bordes del llanto y de la rabia.

Un cuerpo juvenil siente en la espalda el gélido cuchillo envenenado, las señas de la usura desmedida, los coletazos de lo más oscuro, el golpe duro del furor del hielo, el odio terminal de los captores, el coste de querer sentirse vivo, el interés que pagan por ser libres los cuerpos que se yerguen frente al miedo.

En su defensa, sigilosamente, teje un futuro el alba enamorada, pactan las ilusiones junto al fuego, se escucha una canción de caracola, danzan los peces baja el agua ritos, surgen olas de espuma indestructible, la vida con su afán se abre su cauce, mientras el cuerpo, desarmado, aguanta.

A primera página con la excelencia.

[Concha Vidal]

Impresionante José. pero el final, la esperanza, el fin del holocausto, la belleza del amanecer es de antología.

Como dice Pilar, gracias por compartir.
Saludos mediterráneos