No me tengo de pie. (Orígenes III)

[Rafel Calle]

Muchas gracias, amigo Juan Cuz, te agradezco el comentario y me alegra que te haya gustado el poema.
Sí, deberíamos tratar de mantenernos en pie, deberíamos, pero a veces las cosas se complican por el vértigo y sus adláteres.
Un cordial abrazo.

[María R. Mulet]

Rafa, maravilloso apostar por seguir de pie. Tu poema es una joya.
Besos.

[Andrés Caparrós]

Rafel, excelente poema y una gran aportación a tus "orígenes", los sigo con mucho gusto.
Un abrazo.

[José María Marín Forteza]

Amigo mío, una pequeña joya. Mi enhorabuena.

[Alberto de la Mata]

Durísimo alegato, Rafel, poema de reproches y confesiones, un gusto leerlo.
Saludos cordiales.

[Carmina Martínez]

Extraño poema que invita a meditar sobre él, me gusto la rima. Un abrazo. Carmian.

[Rafel Calle]

Después de tanto tiempo, vengo a agradecerte tu comentario, amiga María.
Un fuerte abrazo.

[Luis M]

Versos muy ingeniosos y logrados. Un poema realmente hermoso. Mis felicitaciones, amigo.

[Antonia Mauro]

Qué expresión tan nuestra esa del título.
Y a veces es tan de verdad. es que no te tienes literalmente.

Supongo que Marruecos es para alucinar.

Un saludo Rafel.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Arriba con este Gran Reserva de la bodega de Rafel Calle!!

[Pascual Pérez]

No me tengo de pie,
un rigor inestable columpia los cimientos,
la oscilación es intratable,
la derechura es un lamento;
todo cavilaciones y balanzas en crisis.
Clamor de ingravidez por la ausencia de peso.

No me tengo de pie.
Solo queda fumar memorias de alcanfor,
alucine entre sábanas de un hotel en Marruecos,
las fachadas eróticas,
los tejados sin miedo,
bocanadas azules

o espiral de glamour en los deseos;
el humo son anillos de esperanza,
la calidad redonda de los sueños
cuando pides tener en propiedad
la condición lujosa de los gestos.

No me tengo de pie, la levedad es insufrible,
toda motivación es algo etéreo,
el ansia es un error muy recurrente
al límite que marca el parámetro de los necios.

No me tengo de pie;
en las columnas del carácter,
arena perezosa y mísero cemento,
se encuentra la razón de mis desplomes.
Escombros de la rectitud en un malnutrido talento.

No me tengo de pie. Hay un temblor al borde
de lo resbaladizo de mi tiempo.

Cuando uno no se tiene en pie, en este sitio lamentable y horrendo que es nuestra España en tantos momentos y circunstancias, largarse a Marruecos o a Francia, a México, o cualquier otro sitio, como hicieron tantos poetas y escritores españoles de gran talento y renombre como Juan Gil Albert, Carlos Edmundo de Ory, Juan Goytisolo, León Felipe, entre otros muchos, es una gran idea, amigo Rafel. Me ha gustado muchísimo tu poema.
Un abrazo, y que sepas que no eres el único que no se tiene ya en pie.

[Rafel Calle]

Muchas gracias por el empujón a este viejo poema que tenía casi olvidado, amigo Ferreiro.
Un fuerte abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Un poema de corte confesional de altura, Rafel:

Esas anáforas le dan fuerza al poema. Métrica muy cuidada.

Parece un poema informal, pero está todo muy medido y estudiado.

Felicitaciones
Un abrazo
Ana

[Ana García]

Me ha gustado leer tu estado emocional en el 2011. Buscando equilibrios en las columnas del carácter, eso me ha parecido muy original.
Tiramos de recuerdos cuando nos falla el equilibrio.
Te felicito por escribir algo tan intimista.
Un abrazo.

[Ricardo López Castro]

No me tengo de pie,
un rigor inestable columpia los cimientos,
la oscilación es intratable,
la derechura es un lamento;
todo cavilaciones y balanzas en crisis.
Clamor de ingravidez por la ausencia de peso.

No me tengo de pie.
Solo queda fumar memorias de alcanfor,
alucine entre sábanas de un hotel en Marruecos,
las fachadas eróticas,
los tejados sin miedo,
bocanadas azules
o espiral de glamour en los deseos;
el humo son anillos de esperanza,
la calidad redonda de los sueños
cuando pides tener en propiedad
la condición lujosa de los gestos.

No me tengo de pie, la levedad es insufrible,
toda motivación es algo etéreo,
el ansia es un error muy recurrente
al límite que marca el parámetro de los necios.

No me tengo de pie;
en las columnas del carácter,
arena perezosa y mísero cemento,
se encuentra la razón de mis desplomes.
Escombros de la rectitud en un malnutrido talento.

No me tengo de pie. Hay un temblor al borde
de lo resbaladizo de mi tiempo.

Riqueza en la expresión y en cada verso, amigo Rafel.
Que vuele.
Abrazos y felicidad!