El Clavo
Moderador: Hallie Hernández Alfaro
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- Registrado: Jue, 15 Ene 2009 15:55
El Clavo
Me detuve en seco un momento ante la puerta. Intentaba poner orden a la estructura grotesca de mis pensamientos. No había nadie más a la vista, así que: sería sin testigos esta vez. Entré.
-Hi Bro… ¿Wie gebts?, Epa… ¿Qué hubo?- Saludó mientras hacía aquel movimiento de cejas mediante el cual convertía las dos en una sola. El siempre estaba allí. Sentado como un apache. Simulando estudiar, como una fotografía en una cruel revista vanguardista de aquellos años setenta. Era una especie de gurú. El más sólido y afecto de mis amigos.
No contesté en absoluto. Lo miré de la manera más despreciable que podía fingir. Dí el portazo habitual que anunciaba a mi amigo que algo andaba muy mal. Apresuré el paso hacia mi habitación, abrí la puerta y tiré libros, chaqueta y llaves contra la mesa de estudio y con el mismo estruendo calculado cerré la puerta. Luego, todo fue silencio mientras sentado y muerto de la risa esperaba el tiempo perfectamente predecible.
Tocó a la puerta en la “forma educada” que yo le había enseñado: tres golpes secos y distanciados en dos segundos, con la punta del dedo índice. Tocó otra vez. Y otra.
Aquella tarde el ambiente en Tony´s Pizza era de otoño habitual en west Tennessee. Al fondo desde un music box, Barry Manilow no se cansaba de repetir las frases hermosas de “Mandy” y entre triángulos sabrosos de pizza de pepperoni y coca cola, Frank ante mi asombro describía: Como la princesa japonesa Tariko, que recién llegó al college una semana atrás, podía aguantar ocho polvos en una sola noche. Como Supermán, desnudo y con solo su capa voladora podía andar por los pasillos de las residencias femeninas, fotografiando tetas y sin ser atrapado. Como era el mecanismo para estudiar leyes físicas toda una noche, en catorce idiomas y luego ir a dormir sobre el examen escrito el próximo día…
Claro, él siempre pagaba la cuenta.