Margarita Mc Ewen escribió:Hace ya algún tiempo que no me miro al espejo.
El duende de lo cotidiano,
el río de aguas rápidas que acelera las mañanas cuando,
aún en la oscuridad, busco el disfraz.
Pero hoy
he decidido hurgar en esas nuevas arrugas y en las canas
que asoman detrás de las orejas cansadas.
He pensado que voy a intentar volver a ser
aquella joven de ojos agrandados,
a pesar de las carnes y de los huesos,
voy a mirar a ese espejo
y abrir el alma que se agazapa detrás de los ojos
de luz apagada.
Así seré insensata,
loca y mi muerte
rápida.
La mente es lo único que permanece joven... en algunos
Un beso