Apuntes

[Daniela Miño]

De las manos de los dioses
y de los párvulos.

La noche vuelve a discutirme
el color de una lágrima
arrojada suicida sobre la menta de un beso.

Ventanas afuera estalla la vida
los hombres muertos ríen a oscuras
yo caigo eligiendo la pose de las palabras
escucho mis alas batirse en la espalda,
en el recuerdo de unos huesos,
en la garganta de un enero bipolar.

Mejor barrer y correrlo todo,
olvidar olvidar olvidar,
dejar en la sien de la pared
la enagua de tus fantasmas.

Olvidar, olvidar, olvidar,
que te supere el hambre,
el frío, el calor, el sueño,
el dolor en las ampollas
que se ausente el psiquiatra
a costas de una espadita en la pantalla.

Indocumentado minuto
como lija en el borde de los labios
rezo a cada uno de tus gestos:
Olvidar, olvidar, olvidarte.

De la ménsula que sostiene mi cordura
se han desvencijado tres apoyos,
al mundo le falta un pedazo
malditos impostores que sonríen en línea.

(Esta mañana nos tomamos a gritos,
fumamos más que toda la Mafia Gay*
hablando de hisopos.
A él le dolía el pecho y la cabeza
por eso salió a correr a través de la manguera
y tropezó con un perro.
Luego aumentó la crisis
y el café sabía a jugo de paraguas,
se ralló el queso sin silbar
contando las goteras que faltaban para morir.)

Indivisa Manent.

Olvidarte.
Pintar la pared,
charlar con extraños,
baldear la vereda.

Cordura nena,
la edad del olvido
se parece a tu cenicero
desmayado y linyera.
Olvidar.

[Luna de Nos]

De las manos de los dioses
y de los párvulos.

La noche vuelve a discutirme
el color de una lágrima
arrojada suicida sobre la menta de un beso.

Ventanas afuera estalla la vida
los hombres muertos ríen a oscuras
yo caigo eligiendo la pose de las palabras
escucho mis alas batirse en la espalda,
en el recuerdo de unos huesos,
en la garganta de un enero bipolar.

Mejor barrer y correrlo todo,
olvidar olvidar olvidar,
dejar en la sien de la pared
la enagua de tus fantasmas.

Olvidar, olvidar, olvidar,
que te supere el hambre,
el frío, el calor, el sueño,
el dolor en las ampollas
que se ausente el psiquiatra
a costas de una espadita en la pantalla.

Indocumentado minuto
como lija en el borde de los labios
rezo a cada uno de tus gestos:
Olvidar, olvidar, olvidarte.

De la ménsula que sostiene mi cordura
se han desvencijado tres apoyos,
al mundo le falta un pedazo
malditos impostores que sonríen en línea.

(Esta mañana nos tomamos a gritos,
fumamos más que toda la Mafia Gay*
hablando de hisopos.
A él le dolía el pecho y la cabeza
por eso salió a correr a través de la manguera
y tropezó con un perro.
Luego aumentó la crisis
y el café sabía a jugo de paraguas,
se ralló el queso sin silbar
contando las goteras que faltaban para morir.)

Indivisa Manent.

Olvidarte.
Pintar la pared,
charlar con extraños,
baldear la vereda.

Cordura nena,
la edad del olvido
se parece a tu cenicero
desmayado y linyera.
Olvidar.

Daniela!!! cuando te leo se me salen sonidos de esos onomatopèyicos jaj asumo que entendès, la carretilla queda ahì por el piso, y adentro, muy adentro, el asombro de encontrarme en tus formas o maneras, de sentir tan cercana tu palabra.
Aeternum vale, sabemos que es difìcil, la memoria o el corazòn permanentemente nos traiciona.
Un abrazo de los grandes, hasta el otro lado, Luna.-

[Ricardo Serna G]

Daniela Miño,

Olvidar es difícil
sólo queda asimilar
los recuerdos
y aceptarlos

Magníficos versos

Un abrazo fuerte, querida amiga

[Ramón Ataz]

Viertes muchísima pasión en este poema, Daniela, me gusta encontrarte en estos versos demoledores, y reencontrarte en el foro. El poema ha entrado en mí como un trago de agua en el desierto.

Un abrazo grande.

[Israel Liñán]

Me encantó Daniela, fuerza y estilo en tus versos, una constante a la que nos tienes acostumbrados.

Yn abrazo.

[Ramón Carballal]

Unos versos contundentes, llenos de fuerza y creatividad. Me alegra poder disfrutar de nuevo tu poesía. Un abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un poema descarnado, sin concesiones, las estrofas destilan una bellleza urbana salvaje, dura, sin compasión.

Destaco esta:

Indocumentado minuto
como lija en el borde de los labios
rezo a cada uno de tus gestos:
Olvidar, olvidar, olvidarte.

Bicos.

[E. R. Aristy]

De las manos de los dioses
y de los párvulos.

La noche vuelve a discutirme
el color de una lágrima
arrojada suicida sobre la menta de un beso.

Ventanas afuera estalla la vida
los hombres muertos ríen a oscuras
yo caigo eligiendo la pose de las palabras
escucho mis alas batirse en la espalda,
en el recuerdo de unos huesos,
en la garganta de un enero bipolar.

Mejor barrer y correrlo todo,
olvidar olvidar olvidar,
dejar en la sien de la pared
la enagua de tus fantasmas.

Olvidar, olvidar, olvidar,
que te supere el hambre,
el frío, el calor, el sueño,
el dolor en las ampollas
que se ausente el psiquiatra
a costas de una espadita en la pantalla.

Indocumentado minuto
como lija en el borde de los labios
rezo a cada uno de tus gestos:
Olvidar, olvidar, olvidarte.

De la ménsula que sostiene mi cordura
se han desvencijado tres apoyos,
al mundo le falta un pedazo
malditos impostores que sonríen en línea.

(Esta mañana nos tomamos a gritos,
fumamos más que toda la Mafia Gay*
hablando de hisopos.
A él le dolía el pecho y la cabeza
por eso salió a correr a través de la manguera
y tropezó con un perro.
Luego aumentó la crisis
y el café sabía a jugo de paraguas,
se ralló el queso sin silbar
contando las goteras que faltaban para morir.)

Indivisa Manent.

Olvidarte.
Pintar la pared,
charlar con extraños,
baldear la vereda.

Cordura nena,
la edad del olvido
se parece a tu cenicero
desmayado y linyera.
Olvidar.

Daniela, me quito la cabeza y te felicito, me arranco el corazon y te lo ofrezco en flor, wow, tu poema rebosa de imagenes dinamicas, frescas, poderosas. Excelente poema!

Un fuerte abrazo,
ERA

[Daniela Miño]

De las manos de los dioses
y de los párvulos.

La noche vuelve a discutirme
el color de una lágrima
arrojada suicida sobre la menta de un beso.

Ventanas afuera estalla la vida
los hombres muertos ríen a oscuras
yo caigo eligiendo la pose de las palabras
escucho mis alas batirse en la espalda,
en el recuerdo de unos huesos,
en la garganta de un enero bipolar.

Mejor barrer y correrlo todo,
olvidar olvidar olvidar,
dejar en la sien de la pared
la enagua de tus fantasmas.

Olvidar, olvidar, olvidar,
que te supere el hambre,
el frío, el calor, el sueño,
el dolor en las ampollas
que se ausente el psiquiatra
a costas de una espadita en la pantalla.

Indocumentado minuto
como lija en el borde de los labios
rezo a cada uno de tus gestos:
Olvidar, olvidar, olvidarte.

De la ménsula que sostiene mi cordura
se han desvencijado tres apoyos,
al mundo le falta un pedazo
malditos impostores que sonríen en línea.

(Esta mañana nos tomamos a gritos,
fumamos más que toda la Mafia Gay*
hablando de hisopos.
A él le dolía el pecho y la cabeza
por eso salió a correr a través de la manguera
y tropezó con un perro.
Luego aumentó la crisis
y el café sabía a jugo de paraguas,
se ralló el queso sin silbar
contando las goteras que faltaban para morir.)

Indivisa Manent.

Olvidarte.
Pintar la pared,
charlar con extraños,
baldear la vereda.

Cordura nena,
la edad del olvido
se parece a tu cenicero
desmayado y linyera.
Olvidar.

Daniela!!! cuando te leo se me salen sonidos de esos onomatopèyicos jaj asumo que entendès, la carretilla queda ahì por el piso, y adentro, muy adentro, el asombro de encontrarme en tus formas o maneras, de sentir tan cercana tu palabra.
Aeternum vale, sabemos que es difìcil, la memoria o el corazòn permanentemente nos traiciona.

Un abrazo de los grandes, hasta el otro lado, Luna.-

Nenaa!! Qué alegría enorme encontrarte por aquí, eso de la traición es absolutamente cierto, va más allá de nuestros sentidos y contra la corriente.

Abrazote!!