siguiendo al colibrí que se sitúa
justo,
donde el istmo pierde el nombre y nada adverbio,
justo,
donde la luz no es vieja ni quejosa.
Allí donde la novia zurce la palabra
y viste la hora bruja de manos y promesas.
Recalo donde la tierra es más terruño,
más honda, más deshecha
y tan hambrienta de vides y de olivos
como yo,
de mar afuera.
Retorno a mis raíces, arena soy
y al cabo
todo,
parte de lo mismo.
( Siempre hay que "reconstruirse" , día a día comenzar de nuevo todas las andaduras y madurar caminos, plantar nuevas veredas, hacer vida en definitiva, hoy sigue este bochorno insoportable en Alicante a pesar, o por, precisamente, estar a veintiocho de Agosto)